No todos los estudiantes de la UCAB conocen las canchas. De hecho, un porcentaje de ellos se gradúa sin haber pisado el área más elevada del campus de Montalbán. Una colina −cinco minutos a pie– separa el estacionamiento techado del lugar recreacional y deportivo universitario. Canchas de fútbol, baloncesto, voleibol, fútbol sala, béisbol y tenis de mesa; barras; una cantina y un gimnasio; vestidores y graderías, abarcan el recinto que acoge año tras año a la Copa UCAB.

Subir la colina es una odisea para muchos. Pero para los atletas no. Un selecto grupo de estudiantes caminan con la misión de competir por la universidad, escuela o recreacionalmente contra otros compañeros. Depende de la hora, la empinada recta está vacía, pero en marzo y abril aumentará su afluencia de personas con la incursión de la competencia.

Jugar el torneo deportivo más importante de la universidad no es tarea sencilla. Las escuelas más grandes como Administración, Derecho y Comunicación Social han venido desarrollando try outs para elegir a los mejores estudiantes en las disciplinas más populares.

Una vez obtenido el selecto grupo que participará en el torneo, se procede a realizar un importante paso en la confección del plantel: crear un grupo de Whatsapp. Allí se habla, se debate, se mandan imágenes de horarios, de quién puede y quién no. A quién le chocan los partidos con las clases. Otros tantos que no se dan el lujo de perder exámenes. Aquellos que tienen trabajo y piden permiso. Los que se lesionan, a los que expulsan y demás. Cada uno de los pro y los contra de jugar el partido en un horario determinado es utilizado para crear un estrecho vínculo con los miembros del equipo, esos que en su momento solo veían en los pasillos y que terminarán siendo amigos al cerrar el evento.

Pero no todas las disciplinas se desarrollan con esta trama. Algunas no tienen tanta demanda, como explica Juan Sánchez, director de Deportes de la UCAB:

Las individuales son más complicadas para que todas las escuelas participen, por ejemplo, el ajedrez o tenis de mesa que no están tan institucionalizadas. El resto ya tienen una base y una estructura en las canchas, por ello la convocatoria ha sido bastante buena

Fútbol campo, fútbol sala masculino y femenino, baloncesto 3 contra 3 y 5 contra 5, voleibol mixto, tenis de mesa y ajedrez son las especialidades que se jugarán este año, las mismas que fueron desarrolladas en el torneo anterior.

El ping-pong, o tenis de mesa, es una de las disciplinas que menos demanda tiene, a pesar de que hay una comunidad que constantemente está presente en las rectangulares mesas dispuestas en el trayecto entre los vestidores y las canchas deportivas. Guillermo Castro, estudiante de Ingeniería en Telecomunicaciones, es uno de ellos. Es su primera Copa UCAB y sabe que hay un favorito: “Hay muy buen nivel competitivo, aunque me han dicho que la mayoría las gana el entrenador”, comentó.

A pesar de ser una de las categorías más débiles en cuanto a su promoción, el ping-pong también cuenta con su propio chat de Whatsapp: “Tenemos un grupo que se llama canchas, escribimos por ahí y venimos porque tenemos muchas horas libres”, agregó Castro.

Todo evento debe tener una campaña publicitaria. En este caso, tanto para la selección de atletas como para la divulgación del torneo ha colaborado un ente como intermediario entre la Dirección de Deportes y los centros de estudiantes. Gabriel López, coordinador de deportes de Idees, cuenta su función:

Nuestra labor en esta Copa UCAB es reunir los centros de estudiantes, que venían muy dispersos. No se enteraban de lo que estaba sucediendo. Fuesen torneos o foros. La idea fue crear ese enlace entre lo que se dice en la Dirección de Deportes y los centros de estudiantes para que estén más enterados de lo que ocurre

Así como la rama masculina, la femenina también cuenta con su espacio. La disciplina del fútbol sala será la que acoja a cuatro escuelas, a diferencia de la rama masculina, que cuenta con once en el mismo segmento.

Administración, Comunicación Social, Ingeniería en Telecomunicaciones e Ingeniería Industrial fueron las escuelas que lograron contar con un puesto en la categoría. Andrea Ocque, estudiante de décimo semestre de Comunicación Social, es una de las jugadoras fijas del equipo que viste de amarillo. Para ella la Copa UCAB va más allá del torneo: “Armamos nuestro equipo hace dos años y seguimos jugando casi todas, pocas se han salido y varias han entrado. Siempre estamos en contacto por nuestro grupo, nos llevamos buenísimo. Hemos engranado tan bien que ya vamos a nuestra tercera copa juntas”, comentó.

Las chicas no están absueltas del Whatsapp: “Este año somos quince en el chat, vamos a ver cuántas jugamos”, contó Ocque. Aunque agrega que el torneo debe tener mayor difusión:

Creo que le hace falta un poco más de promoción y más organización. No sé si es solo el caso de las mujeres de futsal, pero siempre programan nuestros juegos como a última hora y nosotras nos enteramos de cuándo tenemos que jugar tardíamente

La empinada recta aumenta en afluencia de gente luego de lanzado el calendario por los grupos en Whatsapp. Los estudiantes caminan con el pecho erguido y pocos hacen una pausa en mitad de la subida. Entran a los vestidores, se colocan medias, shorts, camisa del color de la escuela y zapatos. Cierran el bolso y bajan las escaleras. Se reúnen con sus compañeros y entran a la cancha. El lugar donde llevaban un año esperando para estar, volvió. El camino es cuesta arriba y no precisamente por la recta sino por los equipos a vencer. Con el pitazo inicial comienza la batalla por ser el campeón.

♦ Víctor Grao