Cada 15 de enero se conmemora en Venezuela el Día del Maestro, fecha instituida en 1945 por el entonces presidente Isaías Medina Angarita para honrar a los educadores que desafiaron la dictadura de Juan Vicente Gómez y en 1932 fundaron la Sociedad de Maestros de Instrucción Primaria (posteriormente conocida como Federación Venezolana de Maestros), con el fin de luchar por los derechos sociales de los docentes y el mejoramiento de la calidad educativa del país.

Este 2018, la fecha llega en medio de una crisis social, económica y política generalizada que mantiene a los educadores contra las cuerdas y hace difícil sumar razones para festejar.

Según cifras del Ministerio de Educación, un docente I (recién graduado) que trabaja 36 horas semanales comenzó a devengar desde enero un total de 1.189.689 bolívares, monto que equivale a menos del 10% del costo de la canasta básica familiar del país, calculada en más de 13 millones de bolívares para noviembre de 2017 por el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros. (CENDAS-FVM).

 Esta dura realidad ha producido la deserción de miles de profesionales, quienes han abandonado las aulas para dedicarse a otras tareas o han emigrado al exterior en busca de mejores oportunidades.

De hecho, expertos citados por informes de prensa señalan que el déficit actual de educadores podría superar los 150.000 en toda Venezuela, una cifra que afecta principalmente áreas como matemática, física y química, cuya escasez ronda el 50% según datos ofrecidos a El Universal en octubre por el Centro de Investigaciones Culturales y Educativas.

Para el director de la Escuela de Educación de la Universidad Católica Andrés Bello, José Javier Salas, la situación del docente venezolano es alarmante, pero no sólo por razones económicas sino por el deterioro general del sistema educativo fomentado desde el gobierno.  

“El educador, al igual que el resto de los profesionales de este país, sufre las consecuencias de un proceso inflacionario sin precedentes. El hecho es claro, no hay incremento de sueldo que resista la pérdida del poder adquisitivo del bolívar. Pero en el caso del docente el escenario es aún más preocupante, porque el sistema educativo está siendo utilizado como espacio para la  militancia política para asegurar la permanencia en el poder”.

Salas advierte que el ejercicio profesional ha sido minado por una política oficial que ha institucionalizado “la mediocridad, irresponsabilidad y promoción del pensamiento político partidista”, lo cual, a su juicio, puede corroborarse a través de varios ejemplos:

  • Deserción estudiantil. “¿Para qué ir a clases si igual voy a pasar? ‘Acaso no produzco más trabajando que estudiando?¿Para qué ser profesional si de todas formas no podré satisfacer mis necesidades?”.

  • Ausencia de expertos en áreas como matemáticas, física, química y biología. “La apuesta del gobierno ha sido la formación desde la generalidad, la superficialidad y la partidización educativa”.

  • La “constitución de grupos estudiantiles orientados promover la opción oficialista” y la “reconstrucción de la historia” a través de libros que buscan “enaltecer los logros de la revolución y exacerbar los fracasos previos a 1999, todo amparado en la ausencia de profesionales calificados y la progresiva incorporación de profesores ‘comprometidos con el proceso’”.

“El reto es desmontar la desesperanza”

Ante este panorama, José Javier Salas considera que 2018 será un año crucial para promover desde las aulas los valores democráticos.

“2018 es un año decisivo para los docentes. Nos hemos preparado para educar en libertad, para el desarrollo sostenible y la construcción de una colectividad corresponsable de su futuro. Ahora es cuando debemos derrochar didáctica para explicar con lujo de detalles la verdadera realidad, ésa que no se reseña en los medios o no se ve en TV. La situación clama de nosotros más presencia, más seguridad, más didáctica, más comprensión, más ánimo para demostrar que somos útiles acá, con nuestros estudiantes y con la comunidad educativa que se resiste a ser engañada o comprada por un ‘bono’ o chantajeada con el carnet de la patria”.

Por ello pidió a sus colegas reasumir el espíritu de lucha social que ha caracterizado al gremio en el pasado.

“Recordar el papel de los maestros en plena dictadura gomecista es el ejemplo de la calidad, fuerza y convicción que hoy debemos retomar. Que la historia no nos encuentre adormilados a la espera de un Mesías o una invasión. Que la historia cuente cómo superamos la hiperinflación y la ‘revolución bonita’ con esperanza transformadora y fe”.

Señaló que el principal reto del ejercicio docente en estos momentos es desmontar la desesperanza oficialista, “que cada día gana más y más migrantes venezolanos, mayoritariamente jóvenes que dan por perdida la patria”.

“Esto es una política total y absolutamente planificada, que ve sus frutos en los espacios vacíos en los cuadernos electorales –advierte el docente. Cada bono que llega, cada cola que se hace con el carnet de la patria es un mensaje claro de cómo quiere el gobierno tener a su pueblo y ante eso muchos prefieren probar suerte fuera del país. ¿Cómo desmontar eso? Con el trabajo honesto y comprometido, con la organización y la lucha no violenta, con la verdad y la fe como escudos”.  

Salas también urgió a los educadores a predicar con el ejemplo y asumir la vocación con firmeza para tener razones por las cuales celebrar cada 15 de enero.

“Celebrar el día del maestro, más que necesario es urgente. La vocación nos exige retomar nuestra esencia. Las casas de formación de docentes cada día reciben menos aspirantes y las razones son bien conocidas. Reconectarnos con lo que somos, con lo que nos ha llevado a dirigir un curso es fundamental; no hay mejor promoción que el ejercicio docente de calidad y comprometido, Sólo el ejemplo, el querer ser como nosotros, llena las universidades y pedagógicos de estudiantes”.

Pese a la crisis, el director de la Escuela de Educación de la UCAB se mostró optimista y reivindicó el rol activo que viene ejerciendo esta universidad para dignificar la labor educativa y motivar a los jóvenes a formarse como docentes. Puso como ejemplo el programa Educa 20-20 que becará a 100 bachilleres que quieran estudiar educación.

“La Compañía de Jesús está demostrando con hechos su compromiso con los menos favorecidos y la promoción de la carrera docente. El plan de becas Educa 20-20 es sin lugar a dudas el mejor ejemplo de ello. La UCAB ha recibido entre sus dos sedes más de 400 postulaciones para optar por cien plazas para estudiar educación y hasta ahora han finalizado el proceso más de 150 aspirantes. Esto demuestra el entusiasmo de los jóvenes: la educación es la fiesta del conocimiento y de la construcción del futuro, y no un acto fúnebre al cual no tenemos más remedio que asistir”.

Un mes para celebrar al maestro en la UCAB

Ya lo dijo el rector de la UCAB, Francisco Virtuoso, en octubre pasado. “Queremos empeñarnos en la promoción de la vocación de educadores con calidad y compromiso”.

Por ello, durante todo el mes de enero, la Escuela de Educación de la UCAB estará realizando varias actividades para honrar el ejercicio docente.

La agenda del “Mes del educador” arrancará el propio 15 de enero a las 9:30 am con una misa que tendrá lugar en la parroquia María Trono de la Sabiduría del campus de Montalbán y en la que participarán varios sacerdotes, incluyendo a Luis Ugalde, Alfredo Infante, Danny Socorro y Henry Mendoza.

Dos semanas después, el 31 de enero, se efectuará en el auditorio del Colegio San Ignacio de Caracas el “V Encuentro Educación de Calidad: educar desde la esperanza”, actividad en la que compartirán experiencias y fortalecerán vínculos distintas organizaciones, fundaciones y actores que desarrollan iniciativas por la calidad educativa del país.

En el marco de este encuentro, la UCAB lanzará el portal  para el “I Reconocimiento a la excelencia educativa”, a través del cual distintas instituciones del país podrán postular a docentes que merecen ser premiados por su trayectoria y compromiso con la formación de las nuevas generaciones de venezolanos.

♦Texto: Efraín Castillo/Retratos de José Javier Salas: Jesús Fonseca