Egresado en 2012 como psicólogo de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), Antonio Martins se autodefine como un soñador, que incursionó en el mundo de la docencia antes de graduarse como preparador de la materia de Psicología Experimental y cumplió, así, una aspiración que tenía desde la niñez. “Es algo que quise desde la infancia. Cuando era niño una de las cosas que me gustaba jugar era a ser profesor” sostiene con una sonrisa mientras habla.

Meses después de haberse graduado, recuerda, comenzó a ejercer como docente a tiempo convencional de la UCAB y terminó de enamorarse de la educación.

 “Incursioné en la docencia en septiembre del 2012. Recuerdo la fecha de una forma
muy precisa porque, para mí, significó un aspecto muy importante en mi vida. Comencé recién graduado a dar clases de una asignatura, ya extinta, que era Metodología de la investigación I. Poder combinar una pasión tan grande como es la psicología con la enseñanza ha significado mucho para mí”.

Con una equivalencia de licenciatura en la Universidad del Miño (Portugal) y una especialización en Psicología Clínica Comunitaria -mención Cum Laude, para más señas- el venezolano de 29 años pronto obtuvo el puesto de jefe de la cátedra Psicometría, cargo que desempeña actualmente.

Su profunda inquietud intelectual lo lleva a querer superarse cada día, por lo que está cursando el Doctorado de Psicología de la UCAB.

Además, intenta diariamente inculcarle ese mismo ímpetu a sus estudiantes, algo que, de acuerdo a varios de ellos, ha venido logrando. Según testimonios recogidos en los pasillos de la Escuela, la metodología utilizada por Martins facilita la comprensión del contenido para los más de 80 jóvenes que ven su clase. El profesor también aplica la «pregunta problematizadora», herramienta psicológica a la que recurre para captar la atención del alumno e incentivarlo a investigar.

Debido a su labor ininterrumpida en la universidad y a la evaluación de 5.6 / 6 puntos por parte de sus alumnos, es uno de los 42 profesores que, el pasado 25 de octubre, recibió el  Reconocimiento general a la labor docente 2019 de manos del rector de la universidad, Francisco José Virtuoso.

Martins le agradece a la UCAB por contribuir con la formación de quien es hoy en día a nivel personal y laboral.

“Estoy enamorado de la UCAB. Entre otras cosas porque mucho de lo que soy profesionalmente se encuentra ligado a este campus, pero no sólo profesionalmente sino personalmente, porque he pasado en la UCAB los últimos 12 o 13 años de mi vida, tanto como estudiante como profesor».

 

¿Qué diferencia existe entre su metodología y la de los otros profesores?

“Creo que una de las cosas que, sin duda, ha caracterizado mi metodología como docente es siempre tratar de no quedarme en el contenido programático de la asignatura. Intento otorgarles a los alumnos la posibilidad de aterrizar toda esa teoría en elementos prácticos de la vida del psicólogo y de su día a día”.

¿Cómo es su relación con los estudiantes?

“Intento que los alumnos sientan la confianza de poder plantear sus inquietudes no sólo en torno a la materia, sino inquietudes que puedan tener de otras materias y de cómo esas otras materias se pueden relacionar con la mía”.

¿Cómo se sintió al recibir el Reconocimiento general a la labor docente 2019?

 “Realmente es algo que no veía venir pero era una de las cosas que esperaba, por lo tanto lo viví como una sorpresa muy grata. Cualquier tipo de reconocimiento que venga de la Universidad Católica, que es mi casa y siempre lo será, es una alegría enorme. En el fondo, para mí fue como sentir que mucho de lo que se hace en el día a día con la labor docente era, primero, reconocido por los alumnos y segundo, reconocido a nivel institucional”.

¿Qué mensaje quiere transmitir a las próximas generaciones ucabistas?

“Que siempre tengan curiosidad. Como profesor tengo muy claro que es muy difícil que los alumnos memoricen o tengan el contenido programático de la asignatura como compañero el resto de su vida. Sin embargo, lo que sí creo como algo indispensable o como algo que quisiera transmitirle a mis alumnos es que se puedan quedar siempre con la curiosidad y con la certeza de que no lo saben todo, porque a medida de que uno tenga esa posición de no saber, va a tener siempre esa inquietud de querer responderte más preguntas”.

♦Texto: Albany Díaz /Fotos: Manuel Sardá