ONG ambientalistas han venido denunciando con insistencia que el país se ha convertido en un campo de ecocidio, debido  al extractivismo minero y la contaminación petrolera. A propósito del Día Internacional de los Bosques y el Día Mundial del Agua, acá algunas informaciones que revelan por qué la riqueza forestal e hídrica venezolana está amenazada

En un mundo con un millón de especies y plantas en peligro de extinción a causa de la contaminación y el calentamiento global, el tema ambiental y la preocupación por su cuidado se hace cada vez mayor. La Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó, en 2015, la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, con el fin de establecer un plan de acción en torno a la causa común de alcanzar el desarrollo de los países miembros sin arriesgar el ecosistema planetario.

Venezuela, por su riqueza biológica que lo posiciona como uno de los 10 países megadiversos de la Tierra, constituye un territorio de relevancia de cara a la Agenda 2030. Sin embargo, la minería ilegal, los múltiples derrames petroleros, la tala indiscriminada y la contaminación de los últimos 20 años, han convertido al país en un campo de ecocidio.

A propósito del Día Internacional de los Bosques (21 de marzo) y el Día Mundial del Agua (22 de marzo), El Ucabista presenta seis datos que es importante conocer sobre la situación medioambiental venezolana:

1) La minería ilegal destruye un espacio mayor al tamaño de Portugal

Bajo el decreto presidencial nº 22148, con fecha del 24 de febrero de 2016, Nicolás Maduro anunció la creación y explotación de la Zona de Desarrollo Estratégico Nacional Arco Minero, cuyo espacio ocupa 12% del territorio nacional (112.000 km2) y sobrepasa la extensión de países como Portugal.

Desde la puesta en marcha del plan anunciado en 2016, muchas organizaciones independientes han denunciado la proliferación de grupos mineros informales pagados por el gobierno nacional. Una investigación publicada en febrero de 2021 por el grupo SOS Orinoco determinó que Venezuela es el país amazónico con mayor número de minas ilegales, con 680 sectores mineros en 51. 286 hectáreas.

La explotación descontrolada de esta tierra pone en riesgo la flora y fauna de múltiples parques nacionales como el Parque Nacional Canaima (declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1994). Asimismo, amenaza la existencia de la segunda reserva de oro más importante del mundo (4.300 toneladas registradas) y de grandes concentraciones de diamantes, coltán, níquel y bauxita.

2) Gran parte del Arco Minero tiene cambios y pérdidas vegetales

La desertización del área que cubre a los estados Bolívar, Amazonas y Delta Amacuro, ha traído consigo cambios en la cobertura vegetal. SOS Orinoco contempla las actividades agropecuarias y mineras realizadas entre el año 2000 y 2020 como principales factores de la pérdida de cobertura boscosa en la zona. Durante ese tiempo, se han perdido al menos 207.796 km2 y más de 10.650 hectáreas han sufrido modificaciones.

Los bosques de la Reserva forestal de Imataca, a pesar de ser zonas protegidas desde 1961, constituyen la principal entidad afectada por las prácticas ilegales del Arco Minero. Esta superficie de 38.219 kmcontempla la Sierra de Imataca, los ríos Yerúan, Cuyuní, Brazo de Imataca y Grande; y los cerros La Chicharra y Dolomita.

3) Las reservas de agua y energía del país están comprometidas

El río Caroní (considerado el segundo más importante de Venezuela) presenta 70% de alteración como producto de remoción de los suelos a causa de la explotación minera. Esta realidad compromete el ciclo hidrológico e  imposibilita el correcto funcionamiento de la cuenca Caroní-Paragua, que da vida a las centrales hidroeléctricas de Guri, Macagua I, II y III y Caruachi, y de la que depende 60% del abastecimiento eléctrico del país, según SOS Orinoco.

Cuencas hidrográficas contenidas dentro del arco minero y la huella minera en cada una de ellas. Fuente: Capa oficial del IGSB modificada por SOS Orinoco.

Entretanto, la disponibilidad de agua potable para la población se viene reduciendo. El Observatorio de Ecología Política de Venezuela estima que la entrada del agua por acueductos de Hidrocapital se ha reducido en 4.000 litros por segundo y el Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (CEDICE) indica que casi 99% de los venezolanos no cuentan con suministro constante de este recurso.

Fuente: CEDICE

4) La deforestación en Venezuela puede variar entre 2% y 4% anualmente

De acuerdo con Hivy Ortiz, oficial forestal para la Oficina de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en América Latina y El Caribe,  la agricultura y la ganadería constituyen la primera causa de deforestación en la región. En Venezuela, a este hecho se le suma una crisis de gas y electricidad que, según declaraciones ofrecidas a la agencia EFE por Carlos Peláez, biólogo y miembro de la ONG Provita, obliga a los ciudadanos de 21 de 24 entidades a utilizar leña para cocinar.

Aunque no hay datos oficiales de deforestación ni tala indiscriminada, múltiples organizaciones estiman que en los últimos años la tasa podría variar entre el 2 % y 4 % anual.

5) Más de 350 kilómetros de costa son afectados por derrames petroleros

Durante 2020, el Observatorio de Ecología Política de Venezuela (OEP) contabilizó más de 20 derrames petroleros en el Lago de Maracaibo, estado Zulia.  Falcón, Carabobo y Anzoátegui también fueron afectados por diversas fugas. En total, solo entre julio y agosto de ese año, se calcula que 26. 000 barriles de petróleo tiñeron de negro 350 kilómetros de la costa venezolana, con los daños al ecosistema marino que eso supone. A estos incidentes se añade una lista elaborada por la ONG Provea entre 2010 y 2018, en la que documenta más de 47 mil fugas de petróleo.

6) La contaminación en el Arco Minero afecta la salud de los indígenas

El grupo de investigación SOS Orinoco asegura que los indígenas Pemón -en Canaima y La Gran Sabana-, Ye’kwana y Sanema -de la cuenca del Caura- tienen en sus cuerpos 5 veces los niveles de concentración límite de mercurio -50 μg /L (ppb)- fijados por la Organización Mundial de la Salud. Además, los investigadores señalan que “la alta movilidad de la población minera en el AM (Arco Minero) ha potenciado el contagio y la dispersión de enfermedades emergentes y re-emergentes en todo el país (como la difteria)”.

 ¿Qué hacer ante esta realidad?

Para hacer frente a la crisis medioambiental del país, es necesaria la articulación ciudadana y la planificación y ejecución de políticas públicas,  basadas en un  modelo de desarrollo sustentable y adaptadas a la realidad de cada región. En esta materia, universidades,  ONG y profesionales de diversas áreas vienen presentando propuestas  de recuperación nacional y estabilidad a corto y largo plazo.

En febrero de 2019, 25 expertos ambientalistas venezolanos entregaron a la  Comisión Permanente de Ambiente, Recursos Naturales y Cambio Climático de la Asamblea Nacional, el documento «Por una Venezuela sustentable y ambientalmente responsable», el cual contiene un conjunto de recomendaciones en materia de desarrollo sostenible para ser incorporadas al Plan País de reconstrucción nacional.  El texto expone siete líneas de trabajo, entre las cuales destacan las siguientes:

  • Derogar el decreto del Arco Minero y el aislamiento de toda actividad minera de los pueblos indígenas como medidas a corto plazo, así como la atención a las personas afectadas por la intoxicación por mercurio, la malaria y otras enfermedades derivadas de la degradación ambiental.
  • Asegurar que todos los proyectos de recuperación económica estén orientados por principios de economía sostenible, responsabilidad ambiental, protección de los derechos humanos ambientales y los principios del Pacto Mundial de las Naciones Unidas.

 

 

Más recientemente, 19 organizaciones no gubernamentales, cuatro universidades (UCAB, UCV, ULA y UNET) y tres proyectos ambientales  unieron esfuerzos para crear  la Alianza para la Acción Climática Venezuela, red instaurada oficialmente el 17 de marzo de 2021 que tiene como objetivo promover acciones coordinadas que atiendan problemas socioambientales y climáticos en el país. Como parte de sus primeros esfuerzos, la red presentará en abril una investigación de la ONG Provita sobre la deforestación en la Amazonía venezolana y su relación con el cambio climático en los últimos 20 años.

♦Texto: Albany Díaz/ Foto: Caraota Digital