Quienes se acerquen al centro cultural del campus Montalbán podrán apreciar el trabajo del maestro Régulo Pérez en la exhibición «Orinoko. Serpiente enrollada», así como el de la fotógrafa Bárbara Brändli en «Orígenes y originarios». La entrada es gratuita
La Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) inauguró el 3 de marzo, en su Centro Cultural, dos exposiciones que comparten un mismo tema: la cultura ancestral venezolana del sur del país, específicamente de los estados Amazonas y Bolívar.
Por un lado, la Sala Magis de arte contemporáneo, ubicada en el sótano del recinto, le dio la bienvenida a Orinoko. Serpiente enrollada, del maestro Régulo Pérez. Unos metros más allá, la sala Fotocontacto y la de Arte Digital albergan la muestra Orígenes y originarios, que pone frente al público parte de la obra de la fallecida fotógrafa Bárbara Brändli.
En Orígenes y originarios, las curadoras Johanna Pérez Daza y María Teresa Boulton le dieron una nueva lectura a los retratos que Brändli (1932-2011) realizó, a mediados del siglo XX, a la población yanomami.
A través de diferentes formatos como videoarte, música, fotografía y proyecciones, la muestra propone un acercamiento a los pueblos originarios, a la par que se celebra la obra de la fotógrafa suiza radicada en Venezuela. Asimismo, son proyectadas imágenes del Telescopio Espacial James Webb y se puede leer una entrevista inédita a Brändli, realizada por la psicóloga e investigadora Ítala Scotto.
Con Orinoko. Serpiente enrollada, el espectador se reencuentra, o quizás lo hace por primera vez, con las coloridas, complejas e interesantes obras del maestro Régulo Pérez (1929). Se trata de una retrospectiva que suma más de 40 piezas realizadas entre 1968 y 2023. A través de diferentes medios como dibujo, escultura y pintura representa la flora y fauna de su tierra natal, Caicara del Orinoco, pero además se aproxima a otros temas como la historia del país.
Para esta exhibición, el artista realizó, especialmente, un mural alusivo al título de la muestra, el cual recibe a los visitantes a la entrada de la sala y en cuya elaboración participó un grupo de niños de varias comunidades de Caracas que lo acompañaron en una actividad organizada por el Centro Cultural UCAB.
Un orgullo para la UCAB
Durante la inauguración de ambas muestras estuvieron presentes las autoridades universitarias, artistas y personalidades del medio cultural venezolano, además los curadores de las exposiciones. También acudieron el embajador de Suiza, Jürg Sprecher, país que colaboró con la exhibición de Brändli, así como representantes diplomáticos de México, Perú, Egipto, Sudán, y Trinidad y Tobago.
José Francisco Juárez, rector (e) y vicerrector académico de la UCAB, expresó su satisfacción por la apertura de estas muestras que se aproximan a la antropología e historia del país y que están al alcance de toda la población que desee conocerlas de primera mano. Resaltó la importancia educativa que tienen para las diferentes escuelas de la universidad, pues sus profesores y estudiantes pueden nutrirse académica y personalmente de la sensibilidad y belleza que proponen estos artistas.
«Nosotros somos una institución reconocida, con compromiso social, de alta calidad académica, pero este aspecto, el arte y la cultura, es otro espacio que también le habla a los ucabistas. Estos son importantes y celebro estas oportunidades para encontrarlos y encontrarse. Además, creo que estamos dando un aporte al país», dijo Juárez.
Mabel Calderín -directora del Centro Cultural UCAB- comentó que la confluencia de las dos exposiciones está enmarcada en la propuesta «Cuidado de la Casa Común» del Laudato Si’ que hizo el papa Francisco en el año 2015. De esa forma, a través del conocimiento de la cultura venezolana, dijo que se puede crear un mejor país.
«Tiene que ver con esa preocupación que hay en esta universidad por abordar todos los temas que afectan al país desde diversas perspectivas: académica, investigación y educación involucrando a las artes, porque son una manera de llegar a todo tipo de público. Debemos atender esa necesidad que tiene nuestro país de trabajar por la conservación, y también por la educación de nuestra ciudadanía. En crear esa conciencia de respeto y de amor a la naturaleza, creo que es algo que tenemos que tener presente y hay que empezar por casa», añadió.
El arte inspirado y circundante al río Orinoco
Humberto Valdivieso estuvo a cargo de la curaduría de Orinoko. Serpiente enrollada. El también investigador comentó que esta exposición muestra una faceta poco conocida de Pérez. «El Régulo del Orinoco, el Régulo del alma y el Régulo que, además, a partir de esto, manifiesta por qué pinta; por qué crea el arte, de dónde vienen sus referencias, sus raíces, sus inquietudes estéticas. Y todas están en la naturaleza, en el Orinoco, en el realismo fantástico», describió Valdivieso sobre el proceso curatorial.
«Traer una retrospectiva del maestro Régulo ha sido muy interesante y muy importante para la universidad. Régulo es uno de los grandes artistas de Venezuela y uno de los actores fundamentales de la historia del arte de este país. Con ello la UCAB reafirma su compromiso con el arte venezolano, con los grandes maestros de Venezuela que ya tienen cada vez menos espacios donde presentarse. La universidad los ha ido recibiendo, y además haciéndoles el homenaje que corresponde. Régulo tiene 93 años. Ya era hora de hacerle un buen homenaje», dijo el curador.
De la experiencia, sentenció Valdivieso, el público puede llevarse un manifiesto sobre el cual ha trabajado Régulo Pérez durante toda su vida. Este se trata sobre las etnias aborígenes, de la naturaleza, la Gran Sabana y, por supuesto, el Orinoco. Y lo hace a través de imágenes que, inspiradas en las vanguardias del siglo XX, remiten al expresionismo, surrealismo, cubismo y el popart.
«La gente se puede llevar una obra muy contemporánea porque vincula múltiples perspectivas, no solamente temáticas, sino estéticas. Régulo es muy fino vinculando influencias estéticas, esa es una de las cosas más hermosas que vemos en la exposición», concluyó.
Régulo Pérez nació en Caicara del Orinoco, Bolívar, en 1929. Durante su carrera optó por una expresión que reposa en sus experiencias más tempranas rodeado de naturaleza y cultura ancestral. Fue parte de Los disidentes, grupo donde rodeado de otros artistas rechazó los cánones del arte (académico) para imponer nuevas formas y estilos. Fue con Los disidentes cuando publicó en París el «Manifiesto No», donde proponía la adopción del arte abstracto sobre otros. Dicho documento fue firmado por artistas como Alejandro Otero, Rafael Zapata, Mateo Manaure y otros.
Egresado de la Escuela de Artes Plásticas Cristóbal Rojas, el ilustrador, pintor, periodista, humorista, docente universitario, escultor y muralista ha estado vinculado con la universidad venezolana. En 1958 fundó la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Los Andes, ULA.
A lo largo de su carrera ha recibido reconocimientos tales como el Premio Nacional Artista Plástico, en 1967; Premio Arturo Michelena, en las ediciones IX, XII del Salón; Premio Nacional de Artes Plásticas, I Salón de las Artes Visuales en Venezuela (1972); Premio Nacional de Periodismo (mención Caricatura), en 1986. Además, Premio Armando Reverón en 1999.
Las obras de Régulo Pérez han sido expuestas en la Bienal de San Pablo, Brasil (1955), Museo de Bellas Artes (1970), Bienal de Venecia, Italia (1958 y 1980), Museo de Arte Contemporáneo de Caracas Sofía Imber (1982), Museo de Arte Contemporáneo de Guayana (1986), Venezuela Art Center Nueva York, Estados Unidos (1988); en España, en la Universidad Pontificia de Salamanca (1994) y en la Universidad de Henares (1994-1995). También ha expuesto en Alemania, Argentina, Aruba, Bolivia, Bonaire, Bulgaria, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Curazao, Cuba, Francia, Guayana, Haití, Israel, Irak, Jamaica, México, Panamá, República Dominicana, Rusia, Surinam y Trinidad y Tobago.
La mirada de una suiza sobre los originarios
Orígenes y originarios contó con el auspicio de la embajada de Suiza en Venezuela, C&FE, la Fundación John Boulton y El Archivo. En la muestra, las curadoras y fotógrafas Johanna Pérez Daza y María Teresa Boulton tomaron las piezas más significativas de Barbara Brändli para relatar los inicios de la vida y de la cotidianidad de los indígenas venezolanos.
Pero no solo se valieron de las instantáneas de la fotógrafa suiza; también recurrieron a imágenes capturadas por el Telescopio Espacial James Webb y a la música de la agrupación LaSirenLaZiren. Esta conexión del universo con la vida de los originarios, comentó Pérez Daza, tiene que ver con respuestas a preguntas que -dentro de su cosmogonía- se han planteado.
De hecho, en el texto curatorial, Pérez Daza señaló que «todo se conecta cuando pensamos en el universo como un gran telar con cuyos hilos se tejen historias. Para muchas comunidades indígenas el origen es raíz y continuidad. Sus mitos fundacionales guardan preguntas y respuestas, la indagación por las causas, simbologías que entrelazan visiones espirituales y culturales, el devenir de un mundo que tendemos a complejizar, y, a veces, nos deslumbra por su sencillez, sin perder la visión profunda de tiempos remotos».
La investigadora, comunicadora social y docente universitaria resaltó que una exposición de Barbara Brändli era significativa para la cultura del país y la universitaria, porque Brändli fue pionera del fotolibro, una de las tres mujeres ganadoras del Premio Nacional de Fotografía y por el atinado retrato de las comunidades que habitan el sur del país.
Por otra parte, Pérez Daza añadió que la curaduría de María Teresa Boulton agregó la cercanía y el conocimiento personal de Brändli y suya -como investigadora- la sensibilidad, el aprendizaje y la escucha.
Barbara Brändli nació en la ciudad suiza de Schaffhausen en 1932. Bailarina y modelo para la revista Harper’s Baazar, la joven conoció a un arquitecto venezolano, quien la invitó a Venezuela en 1959. Una vez en suelo venezolano, y tras un período retratando grupos de ballet y teatro, se dedicó al estudio y fotografía de indígenas de los grupos yanomami, makiritare y los sanema de Kanarakuni.
Años más tarde, su trabajo se centró en temas referidos a la antropología. Con ellos, abordó con mayor profundidad los rituales, costumbres y tradiciones de las comunidades indígenas. Más adelante, prestó mayor atención a los procesos de creación artesanal. Entre sus fotolibros se encuentran: Los hijos de la luna (1974), Sistema nervioso (1975), Los sonidos del silencio (1977), Así, con las manos (1979) y Los páramos van quedando solos (1981). Su obra fue expuesta en revistas venezolanas, suizas y alemanas; en ocasiones, junto al trabajo de fotógrafos como Karl Lagerfield, Lucien Clergue, Robert Doisneau y otros.
Barbara Brändli falleció el 27 de diciembre de 2011 en Caracas, dejando atrás un legado para la fotografía, la antropología y las artes venezolanas. En 2012 la Galería Le Bal de París, Francia, le rindió homenaje por la serie Sistema nervioso y en 2018, el Archivo de Fotografía Urbana y La Fábrica (Madrid) publicaron un libro sobre el trabajo de Brändli. Su obra ha sido expuesta en Venezuela en instituciones como el Museo de Bellas Artes y la Fundación Corp Group.
Tanto la exposición de Brändli como la de Pérez pueden visitarse de lunes a viernes, de 8:00 am a 6:00 pm, en la UCAB sede Montalbán. La entrada es gratuita. Orinoko. Serpiente enrollada se encuentra en la Sala Magis de Arte Contemporáneo, mientras que Orígenes y originarios puede verse en la Sala Fotocontacto y la Sala de Arte Digital.
A continuación una galería de fotos de las inauguraciones:
♦Texto: Grace Lafontant León/Fotos: Manuel Sardá