A través de anécdotas, análisis, recuentos y balances, el doctor en Educación y docente universitario plantea su experiencia como alumno y profesor en instituciones de la Compañía de Jesús en Venezuela, a la vez que perfila el sello de la educación que se imparte en ellas. El título de 212 páginas fue publicado por la editorial de la UCAB

En 2022, Leonardo Carvajal se percató de una serie de coincidencias para el 2023. Su colegio, la institución donde cursó  bachillerato y su universidad estarían de aniversario. Por ello, el docente universitario y doctor en Educación comenzó a recolectar sus antiguos escritos sobre la vida, los personajes o el quehacer de estas instituciones.

Pero no era suficiente, así que se dio a la tarea de recordar -a modo autobiográfico- su experiencia en los centros educativos en los que ha hecho vida desde su infancia. Así nació el libro La educación de los jesuitas en la Venezuela contemporánea (análisis, vivencias y reflexiones).

Publicado por la editorial de la Universidad Católica Andrés Bello, abediciones,  el volumen fue presentado oficialmente el jueves 8 de junio durante un coloquio sobre los 100 años del Colegio San Ignacio de Caracas, organizado por el Instituto de Investigaciones Históricas de la UCAB.

«Resulta que no era casual que la UCAB cumpliera 70 años, el Colegio San Ignacio 100 años y el Instituto Técnico Jesús Obrero 75 años fundacionales. Tres instituciones donde estudié, y el Jesús Obrero y la UCAB donde he dado clases. En definitiva, uno escribe de aquello que le es familiar; aquello que conoce y que ama», afirmó el autor.

En sus 212 páginas, el título está compuesto por dos grandes partes que suman 18 capítulos. La primera -que se podría considerar como la académica o intelectual- recopila textos del autor publicados en diferentes libros y revistas; la segunda explora en 8 capítulos su historia personal, desde 1956 hasta el presente.

Uno de los tantos rasgos en común entre ambas partes es que revelan lo que el propio Carvajal resume en una frase: «Los jesuitas forman élites académicas, intelectuales».

Educar para servir a la sociedad

Carvajal tomó en cuenta su experiencia en el Instituto Técnico Jesús Obrero, el Colegio San Ignacio, Fe y Alegría y la UCAB para afirmar que los jesuitas trabajan en función de formar y construir élites con sólida formación académica.

«Cuando yo me consigo 40 años después con estudiantes nuestros -no importa de cuál de los dos colegios- son personas fuertes que se desarrollaron como profesionales universitarios. Es gente que destacó en su campo intelectual y profesional. Ese es uno de los rasgos y no hay que tenerle miedo si se le toma en el buen sentido. Malo es que en un país el dominio de las cosas la tenga una élite económica, cuyos miembros simplemente heredaron un negocio o tienen mucho dinero y así sean poco eficientes como gerentes y propietarios». 

Dijo también que la labor educativa de los jesuitas se ha centrado en formar personas bien preparadas que sean capaces de ir al encuentro de la sociedad y trabajar por su transformación. «Que tengan ganas de influenciarlas, dirigirlas. Y siempre harán falta en el campo que sea, es algo muy positivo que los jesuitas siguen teniendo hoy día».

El docente señaló otro rasgo fundamental al que llamó  la enseñanza sistemática, constituida por dos elementos: la cercanía y la excelencia educativa.

Sobre lo primero, dijo que los sacerdotes son «compañeros o amigos», pero muy hábiles para impartir sus respectivas asignaturas. Con referencia a lo segundo, apuntó que forma parte del magis, doctrina del San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, basada en la premisa «En todo amar y servir». De esa forma, siguió Carvajal, la manera en que se transmiten los valores ignacianos es «más eficiente» porque se expresan a través de la cotidianidad.

Construyendo «un pensamiento rebelde, pero riguroso»

Nacido en La Guaira en 1945, Leonardo Carvajal vivió allí con su familia hasta el año 1956 cuando se mudaron a Caracas. Una vez en la capital, estudió primaria en el Instituto Técnico Jesús Obrero, hasta 1959. Inmediatamente lo inscribieron en el Colegio San Ignacio donde se formó durante cinco años en secundaria.

Con intenciones de unirse a la vida sacerdotal, entre 1964 y 1968 exploró a mayor profundidad el aspecto espiritual en el Instituto Pignatelli -ubicado en Los Teques. Como requisito, tras terminar el juniorado, los aspirantes jesuitas debían hacer estudios humanistas. Así, Carvajal y un grupo del instituto fueron a Quito, Ecuador. Específicamente al Filosofado San Gregorio. Allí estuvo hasta inicios de 1969 cuando regresa a Caracas. «No fue una decisión fácil. Durante meses la estuve pensando [dejar la Compañía de Jesús] (…) Sin resquemores ni diatribas un día decembrino tomé el avión que me regresó a Caracas y a la vida seglar», escribió en el libro.

Entre 1970 y 1974, estudió la licenciatura en Educación en la UCAB, a la vez que daba clases en el Jesús Obrero. Egresó con la mención Ciencias Sociales (Historia y Geografía). Desde entonces no ha dejado su labor como docente e investigador (actualmente da clases de pregrado y postgrado y es investigador del Centro de Investigación y Formación Humanística de la UCAB). También agregó su rol como articulista, escritor y coordinador de libros. En 1994 obtuvo el título como doctor en Educación por la Universidad de Barcelona, España.

Con todo ese bagaje, el educador sostiene que la formación que recibió tiene un sello importante relacionado con la manera de pensar.

«Yo creo que lo principal que aprendí desde el punto de vista intelectual con los jesuitas es un tipo de pensamiento. Uno rebelde, pero riguroso. Y cuando digo rebelde no quiero decir ‘alocado’; tiene que ver con que cualquier cosa -que cualquiera diga- yo estoy preparado para analizarla. No me la creo así. Es una mente crítica. Capaz de discernir»dijo.

Los jesuitas, continuó, plantean que ante cualquier comentario se genere una duda. Es decir, no asumir algo solo porque lo dice una autoridad, sino más bien evaluarlo. Además: «Saber diferenciar entre una opinión, hipótesis o una conclusión. Esa capacidad de moverse en el plano de las ideas guiado por la precisión y la sabiduría», agregó.

El autor también se refirió a la formación para establecer matices entre las cosas. «No hay nada que sea totalmente positivo, ni totalmente negativo. Yo aprendí a pensar así  y trato de impartir eso a mis estudiantes. O sea, que no se utilicen palabras absolutistas como todo, nada, nunca, jamás, siempre.  Allí se es impreciso, burdo intelectualmente porque en la realidad hay pliegues, no es uniforme y tampoco es blanco o negro. Es una combinación de grises. Y debemos intentar buscar acuerdos, buscar lo bueno y malo», sentenció.

 

 

Algunos datos sobre el libro

A lo largo  de sus más de 200 páginas, La educación de los jesuitas en la Venezuela contemporánea (análisis, vivencias y reflexiones) presenta las referencias vivenciales de Leonardo Carvajal en su experiencia de casi setenta años vinculado con instituciones educativas confiadas a la Compañía de Jesús.

Además, el libro ofrece una compilación de textos de análisis y registro histórico que el autor ha escrito en las últimas tres décadas sobre el pensamiento, obra y labor de personajes e instituciones jesuitas que han sido o son referencia para la educación y la sociedad venezolana.

Así, en el volumen pueden encontrarse trabajos dedicados a José María Vélaz, fundador de la red Fe y Alegría; al padre Luis Ugalde y su posición sobre Estado, educación y sociedad; a la evolución histórica de la UCAB o a la experiencia pedagógica del Instituto Técnico Jesús Obrero, por nombrar algunos.

 

En el epílogo, el sacerdote jesuita Jesús María Aguirre  señaló que los textos de Carvajal «buscan salvar la memoria dispersa y facilitar su acceso temporal al menos a los contemporáneos».

También reconoció la honestidad del autor, «y no me refiero tanto a la veracidad de las fuentes y documentos, sino a la justeza y precisión de los hechos… A ello tengo que agregar mi admiración por la actitud imparcial con la que se tratan los conflictos… y la benevolencia con que se refiere a todas las personas de otros bandos antagónicos, jesuitas o no». 

Más allá de los aportes históricos o de contexto que pueda dejar a otros Leonardo Carvajal refirió lo que lo que significa el libro para él.

«Me hace sentir muy bien en lo intelectual y lo sentimental. Porque yo tengo sentimientos también; a mí no me choca usar la palabra sentimental, que es tan válida como la palabra intelectual. Me siento muy bien porque es una manera de expresar el agradecimiento hacia algunos personajes jesuitas con los cuales me topé a lo largo de mi vida y que me hicieron mucho bien. También a las instituciones. Todas las anécdotas y análisis quedaron en el pasado y yo los planteo en el libro  de manera equilibrada. Revisar la historia significó hacer un balance de lo negativo y positivo. Claro, yo tengo 70 y tantos años; mi interpretación ahora es mucho más equilibrada, que la que yo tenía cuando tenía 30 años», concluyó.

 

El libro La educación de los jesuitas en la Venezuela contemporánea (análisis, vivencias y reflexiones) está disponible en librerías de Caracas y otras ciudades del país, entre ellas El Buscón de Paseo Las Mercedes, Kalathos del Centro de Arte Los Galpones y Tecniciencia Libros.

♦Texto: Grace Lafontant León/Fotos: Manuel Sardá