El padre Arturo Peraza, S.J., insistió en que la tarea de la universidad «es ofrecer a nuestra sociedad, a nuestros jóvenes, un camino de esperanza. Lo nuestro es sembrar, construir». Aseguró que la institución seguirá proponiendo alternativas «desde el diálogo, el pensamiento y la acción” y aseguró que si la UCAB ha resistido 70 años, «créanme que podemos ir mucho más allá»

Este martes 24 de octubre, la comunidad ucabista celebró —congregada en la parroquia María Trono de la Sabiduría, en el campus de Montalbán— sus 70 años de fundada, ocasión que permitió al rector, reverendo padre Arturo Peraza S.J., agradecer  y felicitar la actitud corporativa de la institución y la de todo su talento humano que, tal como lo marca el magis ignaciano, ha sido capaz de fortalecerse, crecer y dar buenos frutos a pesar de las difíciles circunstancias nacionales.

«Lo nuestro es cómo le ofrecemos a nuestra sociedad, a nuestros jóvenes, un camino de alternativa y esperanza. Por eso, lo nuestro es construir, lo nuestro es sembrar, es poner frutos. Lo nuestro no es simplemente señalar un problema cómodamente y decir: Hay este problema, qué lástima. Esa no es la actitud de esta universidad, la actitud de esta universidad constantemente ha sido: Tenemos un problema, cómo vamos a ayudar a resolverlo; porque está en nuestro ADN encontrar salidas, encontrar alternativas, opciones», reflexionó Peraza durante la homilía correspondiente.

La máxima autoridad universitaria dijo estar consciente de que la posición de la UCAB puede generar «problemas, tempestades, lluvias, pero ahí es donde usted distingue qué fruto hemos producido».

«Esta universidad de lo que quiere hablar es de cómo construir alternativas que le abran puertas a esos muchachos que tenemos allá en nuestros salones. Para nosotros, la construcción de alternativas desde el diálogo, desde el pensamiento y desde la acción, es el modo como podemos ir dando frutos en el contexto venezolano».

Admitió que «no es fácil tomar una posición intermedia en medio de la diatriba que no lleva a nada y poder hablar con la verdad (…); pero, señores, si hemos estado 70 años aquí y nos hemos podido desarrollar, créanme que podemos ir mucho más allá, porque esta celebración no es del pasado, es la celebración del futuro, es la celebración de lo que podemos hacer».

Construir alternativas para el porvenir

A las 11 de la mañana, la iglesia estuvo repleta de ucabistas de todos los sectores que componen la organización, y la ocasión fue propicia para que los himnos que acompañan la misa se entonaran con mayor entusiasmo y alegría.

El encuentro también sirvió para que las agrupaciones culturales hicieran la presentación de una performance que rememoró las heridas del fundador de la Compañía de Jesús, San Ignacio de Loyola y su conversión; así como, al final del oficio, se cantó el tradicional «cumpleaños feliz» con una enorme torta que fue compartida por los presentes.

 

 

La lectura compartida con la comunidad durante el oficio religioso fue Mateo 7:17-20. «Así, todo árbol bueno produce frutos buenos y todo árbol malo produce frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo, producir frutos buenos. Al árbol que no produce frutos buenos se lo corta y se lo arroja al fuego. Por sus frutos, entonces, ustedes los reconocerán».

El rector Peraza recalcó que el papel de la UCAB es el de «construir alternativas» porque así se responde a la identidad de la Compañía de Jesús.

«No nos callamos los problemas, las situaciones de derechos humanos, los problemas políticos, porque eso responde a la identidad de ponernos al servicio de este país, pero lo hacemos desde la dimensión universitaria, desde la capacidad de aportar soluciones y alternativas».

Así, citó por solo nombrar algunos aportes, investigaciones de la UCAB como el Proyecto Pobreza, la Encuesta de Condiciones de Vida Encovi o la más reciente Psicodata.

El rector prosiguió su mensaje aniversario con la reflexión contenida en Mateo 7:24-27, sobre «el hombre sensato que edificó su casa sobre roca». Comparó al país con el que levantó su casa sobre la arena.

«Parecíamos un país rico y poderoso y mirábamos por encima del hombro a América Latina. Podíamos sentir que teníamos de más, pero en el fondo aquello estaba construido sobre arena, el modelo rentista que sostenía aquello no era capaz de desarrollar un país con actitudes cívicas, para desarrollar un modelo democrático y un país que pudiera tener desarrollo tecnológico que desplegara su capacidad. No se entendió que el fruto era otro, no repartir una renta».

No obstante la deriva de deterioro a todos los niveles que ha tomado a Venezuela una vez se acabó esa renta, el rector destacó que todo el que visita la UCAB se sorprende.

«La gente que viene se consigue exactamente con lo contrario. Cada vez que la gente se asoma a la universidad, los egresados de los años 80, 90 y primeros tiempos de 2000, lo primero que dicen es: No la puedo reconocer, es increíble cómo ha crecido, cómo se ha desarrollado. Esto que hemos construido en un contexto de crisis y dificultad, mientras todo lo que está alrededor se va cayendo y perdiendo sentido, es un lugar que ha resistido tormentas y vientos huracanados. Los momentos difíciles que han sido, son y probablemente serán, son dónde está su fortaleza (de la UCAB) que nos permite sentirnos orgullosos de estos 70 años».

Una casa sobre rocas

Peraza, en la prosecución de la parábola bíblica sobre el hombre sensato, afirmó que la UCAB se sostiene «sobre roca y no sobre arena».

«No es simplemente repartir títulos, no es simplemente ver cómo sacamos la mejor taja de no sé qué. Nuestro problema es ver cómo nos ponemos al servicio de la gente, porque tenemos muy presente el salmo responsorial: Aquí estoy para cumplir tu voluntad. Por eso tenemos razones para celebrar estos 70 años, aunque con fallas que nadie quiere tapar, lo que queremos es responder a la voluntad de Dios en el contexto venezolano. Aquí estamos, para hacer tu voluntad, para construir una alternativa, para brindar esperanzas donde no ha habido, para abrir puertas donde se han cerrado, para expresar que nosotros, con nuestra capacidad intelectual, podemos construir una nueva Venezuela que pueda ser una apertura al desarrollo a la capacidad de crear igualdad social, justicia y libertad. No está en nuestro ADN renunciar a esos términos».

Insistió en que «mientras otras cosas se caen, nosotros crecemos, nos desarrollamos» y que no serán las realidades las que determinen hasta dónde llega la Universidad Católica Andrés Bello, sino cada uno de los miembros de esta comunidad.

«Todo tiene que ver con la condición de cada uno de los que está aquí, de que sí podemos hacerlo mejor, que sí somos capaces de ir más allá, que no son las realidades las que nos van a determinar, sino que somos nosotros, con nuestra capacidad, los que vamos a poner la realidad que hay que construir. Por eso, uno puede distinguir cuál ha sido el fruto de esta universidad: una voz que trata de abrir puertas allí donde haga falta. Esta universidad es una voz en medio de una situación oscura y difícil, en donde la gente no se habla, donde la gente se grita, la gente desesperadamente trata de ver, y lo único que uno escucha son insultos, acusaciones falsas, incapaces de poder ver un horizonte colectivo; constantemente construyendo rabia, frustración, miedo, violencia y enfrentamiento».

El rector mencionó, en los agradecimientos y dentro de los logros de la universidad, los distintos espacios académicos que fueron parte de su historia ―como las sedes de Táchira y Coro―, así como extensiones plenamente activas como el campus de Guayana, el CERPE, ITER y CIAP.

A continuación, algunas imágenes de la ceremonia religiosa.

♦Texto: Elvia Gómez/Fotos: Manuel Sardá


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