El primer día de actividades siempre es un reto para los docentes y para los estudiantes. Todos se van a encontrar algo nuevo y siempre existe temor a lo desconocido.

En el caso de los profesores, no importa si usted tiene mucho tiempo en la actividad académica o se inicia en ella por primera vez. Advertir que se encontrará con personas desconocidas, con las que tendrá que compartir por un período académico, lo lleva a experimentar cierta tensión, que luego puede derivar en emociones como sorpresa, temor o alegría.

Usted desea ofrecer lo mejor de sí mismo, para que sus estudiantes incorporen en su repertorio intelectual, los resultados de aprendizaje que usted espera logren a lo largo del curso. Si ha tenido experiencias de docencia previas, sabe que algunas fueron muy exitosas, mientras que en otras, su experiencia no ha sido de esa manera.

Por ello, el primer día de clases es la oportunidad para establecer la estructura de la unidad curricular y dejar claramente cubiertas las expectativas del profesor y de los alumnos.

A continuación, algunas sugerencias que podrían complementar lo que tenía planificado realizar durante la primera sesión.

La comunidad de aprendizaje

Cada estudiante es responsable de su propio aprendizaje, pues le corresponde este rol protagónico en el nivel universitario. Cuenta además con sus compañeros, el profesor y los recursos materiales y tecnológicos que se hayan preparado para tal fin. También la UCAB, prepara asesores (profesores y estudiantes) para apoyarlos en su actividad académica.

Realizar alguna actividad que permita un primer conocimiento mutuo de estudiantes,  profesores y recursos disponibles para el aprendizaje, ayuda a todos a sentirse más cómodos para iniciar sus actividades y crear una comunidad.

Brevemente, usted puede presentarse como profesor e informar sobre la unidad curricular; luego podría proponer un conjunto de preguntas sencillas sobre asuntos personales y académicos, que las personas completarán individualmente y compartirán en pequeños grupos, cuyo tamaño  dependerá del número de estudiantes. Entre cinco y siete es lo ideal para que se sientan cómodos presentando sus respuestas al grupo.

Una pregunta sugerente es solicitar tres palabras que describan al profesional egresado de la carrera. Luego esto puede analizarse con un recurso informático disponible en internet de “nubes de palabras”, que proporciona un arreglo visual de los descriptores  y ofrece una imagen colectiva de lo que los estudiantes han respondido.

Mientras el curso sea más grande, la nube será más descriptiva. Con estas actividades o similares usted establecerá un clima propicio para el aprendizaje futuro. Ahora le corresponde presentar su unidad curricular.

Qué, cómo y por qué vamos a aprender

Cada profesor suele estar plenamente convencido de que la asignatura que enseña es la más importante del plan de estudios. Sin embargo, los estudiantes no necesariamente tienen esa expectativa o incluso pueden pensar algo muy distinto. El reto en este momento es el de presentar en detalle el curso. Los estudiantes ya saben en cuál semestre se encuentra la materia, pero es muy probable que no tengan información de la vinculación de la materia con el resto de la carrera y, mucho menos, la(s) competencia(s) que desarrolla.

Dedique entonces algunos minutos a presentar la malla curricular, las competencias generales y profesionales de la carrera y, sobre todo, las competencias que desarrolla su curso y por qué son importantes en la profesión. Seguramente usted ya tiene colocado el programa y el plan de clase en módulo 7, pero los estudiantes se favorecen si usted les presenta un material más conciso.

Un programa “de mano” es un resumen del programa detallado y del plan de clase que contiene las competencias, las unidades temáticas, el plan de evaluación y los principales materiales de apoyo, en una sola hoja por ambas caras. Esta plantilla, diseñada en una hoja de “Excel” por un profesor de la UCAB y ampliada ligeramente en CIIDEA,  puede servirle para este propósito.

Es importante que usted enfatice los elementos del plan de evaluación y que los estudiantes salgan de su salón de clase con la absoluta convicción de cuáles son esos elementos. Tome el tiempo que sea necesario para aclarar este punto, así como las medidas que tendrán que tomarse según las “contingencias” que puedan ocurrir durante el período académico.

Hoy día muchos estudiantes, (con o sin el concurso del profesor), emplean la red social  Whatsapp para comunicarse entre sí durante el semestre (¡También provoca fatiga a los estudiantes, participar en 5, 6,o 7 grupos!). En todo caso, usted necesita una forma rápida de comunicarse con los alumnos, frente a situaciones que pueden alterar la buena marcha del curso.

Establecida la comunidad de aprendizaje y aclarada la estructura del curso, es un excelente momento para su primera sesión.

Evaluación diagnóstica y… «a lo que vinimos»

La experiencia indica que algunos estudiantes faltarán, otros llegarán tarde y algunos todavía estarán por inscribirse. Usted podría caer en la tentación de suspender la clase en este momento y comenzar “en forma” la siguiente semana. 

Por el contrario, este es el momento más importante para introducir a los estudiantes en el curso. Existen muchas modalidades de inicio. Una sesión magistral de la primera unidad temática; compartir y discutir un “mapa conceptual” del curso; presentar un caso de estudio y o verificar el desempeño con una evaluación diagnóstica, son opciones complementarias entre sí para la primera sesión. 

Por último, recuerde asignar actividades de preparación para la segunda clase.Usted tiene el reto de permanecer en el pensamiento de sus estudiantes hasta la siguiente sesión.

*Texto elaborado por el equipo del Centro de Investigación, Innovación y Desarrollo Académico (CIIDEA) de la UCAB.