Tras 30 años de trayectoria académica, el abogado y profesor César Carballo asume la conducción del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UCAB, apostando por el rescate del Estado de Derecho y la producción de instrumentos que midan objetivamente el funcionamiento del sistema judicial

Su gusto por la lectura y la argumentación lo llevaron a decidir adentrarse en el mundo del Derecho. Aunque durante los tres primeros años de carrera no sabía a ciencia cierta cómo se ganaría la vida ejerciendo la profesión, cursar la cátedra Derecho del trabajo en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), dictada en el momento por el profesor Humberto Villasmil, cambió su forma de entender la disciplina y sentó las bases de lo que hoy considera su vocación.

Con una especialidad en Derecho del Trabajo y un doctorado en Derecho, ambos por la UCAB, este venezolano se ha desempeñado como profesor de las materias Derecho del Trabajo II en la Facultad de Derecho y de Derecho Colectivo del Trabajo III en la especialización en Derecho del Trabajo. También ocupó la dirección de la Escuela entre 1996 y 1997 y actualmente es el jefe del Departamento de Derecho Social de esta dependencia.

Docente del IESA, la Universidad Católica del Perú y la Universidad Libre de Bogotá, a la fecha acumula una docena de obras (entre libros y artículos) de las que es autor o coautor, todas relacionadas con el área laboral. Su trabajo como investigador le valió ser incorporado como individuo de número de la Academia Nacional de Ciencias Políticas y Sociales (Anciepol), dentro de la cual ha ejercido labores como miembro del Instituto Venezolano de Derecho Social.

Con todo este bagaje, el pasado martes 16 de noviembre, César Carballo fue juramentado por las autoridades de la universidad como nuevo director del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ), en sustitución del profesor Miguel Mónaco, quien ejerció el cargo desde 2016.

En esta conversación con El Ucabista, el jurista ofrece un adelanto del plan de acción que espera poner en marcha y deja claro que lo hará “con la visión de desarrollar las áreas de investigación, docencia y extensión, con la calidad y el compromiso que han caracterizado al instituto por casi medio siglo”.

¿Cómo llegó al Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UCAB?

«Diría que simplemente llegó. No estaba en los planes. El profesor Miguel Mónaco, quien se encontraba al frente del Instituto y venía realizando una estupenda labor, decidió por razones personales no postularse para un nuevo período. El decano de la Facultad de Derecho, Jesús María Casal, es un amigo entrañable. Enseño en la UCAB desde hace 30 años y, recientemente, he intensificado el tiempo que dedico a investigar, publicar ensayos y ejercer docencia en universidades fuera del país. Esas causas y quién sabe cuántos azares me trajeron al Instituto».

¿Qué significa este nuevo rol que asume en la universidad?

«Como dije en el acto de juramentación, es una alegría intensificar el contacto con la UCAB, la casa que nunca he querido abandonar. Al mismo tiempo supone una enorme responsabilidad por el prestigio ganado por el Instituto a lo largo de casi 50 años, el renombre de sus directores e investigadores y, por supuesto, el compromiso con la gestión del decano Casal».

¿Qué visión tiene sobre el trabajo por hacer y qué retos identifica en torno a la aplicación de esta visión?

«Lo esencial, aquello de lo cual depende el éxito de cualquier proyecto que pueda emprenderse, es conservar el actual equipo de investigadores y colaboradores del Instituto, así como el ambiente de camaradería que lo caracteriza. A partir de allí me centraría en cinco objetivos: Facilitar a los investigadores el desempeño de sus actividades; de la mano con el decanato y las escuelas, promover la investigación entre los estudiantes de la Facultad y, ojalá, organizar un semillero de investigadores; seguir estrechando la interacción con los estudios de postgrado, de modo que el Instituto ofrezca apoyo a las investigaciones desarrolladas por los estudiantes y, al mismo tiempo, se nutra con las tesis producidas; intensificar la publicación de investigaciones y su divulgación mediante conferencias, así como las alianzas con centros e institutos análogos, dentro y fuera del país; y en una próxima etapa, ensamblar, desde la multidisciplinariedad, un instrumento, ajustable en el tiempo, que permita medir índices relevantes en materia jurídica, tales como eficiencia de mecanismos judiciales, administrativos o alternativos de solución de conflictos, diálogo social, seguridad jurídica, etc».

¿Qué líneas de investigación se fortalecerán y cuáles otras buscará desarrollar?

«La respuesta derivará de una discusión que involucre a los investigadores y al decanato. En todo caso, por mi experiencia profesional resulta lógico que se incluya al Derecho del trabajo y la Seguridad Social entre las líneas de investigación del Instituto».

¿Hacia dónde debe dirigirse la investigación del área de Derecho en Venezuela?

«Considero esencial centrarnos en la reconstrucción del Estado de derecho, la garantía de los derechos fundamentales y el diálogo social. Más allá del objeto específico de la investigación, considero conveniente -en una sociedad caracterizada por la polarización- incorporar mecanismos de medición objetiva».

♦Texto: Albany Díaz/Fotos: Cortesía César Carballo (principal) y Manuel Sardá (internas)