María Fernanda Innecco, profesora de la Facultad de Derecho de la UCAB, mostró preocupación por el anteproyecto de ley sobre el tema que discute el Parlamento. Reveló que el Centro de Clínica Jurídica de la universidad atiende tres casos semanales de violencia en centros educativos

El acoso escolar es una conducta violenta reiterada y prolongada de una persona hacia otra (indefensa) que no hace ningún tipo de provocación. Las acciones pueden ser físicas o psicológicas, suelen comenzar en primaria y se mantienen hasta secundaria.

En Venezuela los casos de maltrato en ambientes educativos aumentaron desde el inicio de la pandemia en 2020. Así lo aseveró María Fernanda Innecco, jefa de la cátedra Derecho de Familia y abogada del Centro de Clínica Jurídica Padre Luis M. Olaso s.j., dependencia adscrita a la Extensión Social de la UCAB.

«Casi todos los colegios experimentan algún tipo de acoso», explicó Innecco, quien apuntó que no existe en la Ley Orgánica de Educación alguna sanción para niños o adolescentes que se vean involucrados en episodios de este tipo. Sin embargo, dijo que sí existen medidas de protección para los afectados a través de los Consejos de Protección del Niño y Adolescente, dependientes de los municipios, y si hay presencia de lesiones físicas, se podría hablar de un delito tipificado en el Código Penal, con consecuencias aplicables a  adolescentes a partir de los 14 años de edad.

Actualmente, la Asamblea Nacional estudia el anteproyecto de la «Ley de convivencia pacífica en unidades educativas y la protección de niños, niñas y adolescentes». Sin embargo, la abogada mira con preocupación esta iniciativa que busca darle un marco legal al acoso escolar,  pues este anteproyecto debe «definirse de mejor forma y aclarar ciertos términos, ya que resulta ambiguo». Asimismo, señaló que la organización Cecodap podría participar en la revisión de esta ley.

«Leí el anteproyecto y creo que le falta mucho. Hay estrategias de sanciones, del buen trato para evitarlo, pero en los artículos hablan de toda la comunidad educativa o cualquier persona que cometa estos actos contra la víctima; estamos mezclando adultos con niños. Son diferentes procesos penales. Me estás metiendo en un mismo marco legal al adolescente o niño  que comete el acoso, pero también a un adulto al que debo sancionar desde otro plano. Hay que tener cuidado al momento de la promulgación. Es importante verificar esos términos», sentenció.

La propuesta de la UCAB es educar

En el Centro de Clínica Jurídica de la UCAB, ubicado en el Parque Social Manuel Aguirre de Montalbán, atienden en promedio tres casos de acoso escolar a la semana con el servicio de Defensoría del niño, niña y adolescente. Sin embargo, aunque el número parece bajo, son casos graves. Los más leves no son denunciados. «Los adolescentes no reconocen que están sufriendo acoso y es por desinformación. No saben qué pueden hacer o qué pueden hacer por él», mencionó la profesora.

Justamente ese desconocimiento es un aspecto que la unidad atiende a través de sus programas formativos, llevados a cabo en colegios de comunidades aledañas al campus UCAB Montalbán junto con voluntarios cada semestre. 

«Es importante educar a las personas para que puedan distinguir y reconocer el acoso. Sobre todo a los chamos, pero que se involucren también padres y miembros del colegio. Ellos quieren ser entendidos y eso no se consigue con una ley, lo haces dando la certeza de que hay alguien allí para apoyarlos. Se debe educar a los estudiantes, maestros, personal administrativo y, por supuesto, a los padres», afirmó.

Como ejemplo de las actividades de la Clínica Jurídica, Innecco mencionó el programa piloto «Dile no al acoso». Allí, voluntarios y profesores de la Escuela de Derecho indagaron entre abril y junio cómo se vivía el acoso en una institución de La Vega. Siguiendo un plan de prevención noruego llamado «Olweus» se encuestó a un grupo de 60 estudiantes de bachillerato. El resultado fue alarmante: 80 % de los participantes había sufrido en primera persona o había sido testigo de algún tipo de violencia en el colegio.

«Era increíble ver cuántas personas presenciaron o vivieron acoso, incluso entre maestros. Es una dinámica complicada. Y con esas encuestas te enfocas en saber qué temas debes abordar en el colegio. Eso lo hizo nuestro voluntariado adscrito al centro y los resultados fueron bastante positivos, obviamente en mes y medio no puedes procurar disminuirlo. Creo que es importante seguir complementando con programas de formación donde hablemos de responsabilidad penal del adolescente o de cómo se debe organizar el colegio», enfatizó Innecco.

 

La víctima, el agresor y el espectador: así funciona el acoso

Quien sufre de acoso escolar presenta cambios de conducta en el colegio y en casa. Añadió la abogada que las víctimas suelen ser retraídas, calladas y tímidas, características que las hacen vulnerables frente al agresor, que tiene exceso de confianza, es irreverente, irrespeta normas y suele ser “popular” dentro de un grupo. Sin embargo, Innecco mencionó a un tercer actor: el espectador o la persona que mira lo que está sucediendo y no interviene.

Empujones, tomar posesión de objetos que no le pertenecen, insultos, comentarios humillantes, chismes, golpes, etiquetas, exclusión y la intimidación en redes sociales son algunas expresiones del acoso escolar. Y la respuesta de la víctima es de retraerse.

«Cuando empiezas a ver que no quieren ir al colegio, que se enferman, no les gustan sus compañeros, hay cambios de humor, no quieren hablar de cómo les fue son elementos de que algo sucede y es fundamental la comunicación entre padres e hijos. Saber quiénes son los amigos de tu hijo. Y si yo como padre me doy cuenta, lo mejor es seguir preguntando y tratar de entender qué pasa», puntualizó la especialista.

 

Aunque la víctima es la más afectada, Innecco sostuvo que no se debe olvidar al agresor. De hecho, explicó que se debe evaluar -de la mano con otros profesionales como psicólogos- qué ocurre detrás de las expresiones violentas, ya que pueden ser problemas familiares o de otra índole. «La idea no es ver al agresor solo como el malo y querer sancionarlo, yo quiero que tengas alguna medida de protección socioeducativa enmarcada en una disciplina positiva».

También llamó la atención sobre la necesidad de involucrar a los espectadores para ponerle freno a este fenómeno.

«Creo que es fundamental abordar a los tres actores principales: agresor, víctima y el espectador. Estoy convencida de que, si los terceros actuaran, limitarías lo que es la actuación del agresor. No debe haber la cultura del sapo, porque eso genera temor a denunciar. Entonces, en el acoso debes abordarlos a los tres y tratar de no etiquetarlos para no revictimizar. Tienes que impulsar al espectador a que actúe. Es fundamental que todos ayudemos en prevenir, disminuir y evitar el acoso escolar».

Manual de convivencia en construcción

Los colegios están próximos a culminar sus actividades académicas, al igual que la UCAB. Sin embargo, el equipo de voluntarios y profesores de Derecho que hacen vida en la Clínica Jurídica no paran de trabajar por el bienestar de las comunidades cercanas al campus. Actualmente están revisando las actividades que realizaron para evaluar el impacto que tuvieron tanto en las personas atendidas como en los propios estudiantes.

Además, el Centro se encuentra desarrollando un manual que incluirá, entre otras cosas, normas básica de convivencia. Una vez completado, espera Innecco, podrá ser distribuido en instituciones educativas en aras de establecer un mejor ambiente entre los alumnos, profesores y demás personal administrativo.

«Buscamos ser un centro activo para ayudar a nuestras comunidades porque a veces no tenemos todos los recursos para hacerlo. Esto será una forma positiva para ayudar a reducir una situación que está a la vista de todos», concluyó.

Además de acoso escolar, la dependencia adscrita a Extensión Social también atiende casos que requieran la intervención de un abogado. Lo hacen a través de la Unidad de Conciliación y Resolución de Conflictos, el Servicio jurídico y Voluntariado. 

Cualquier interesado en recibir apoyo del Centro de Clínica Jurídica de la UCAB puede acercarse hasta la sede o comunicarse a través de los números telefónicos: 04126265453/ 04126264670 y 04126264743.

Igualmente, a través de sus redes sociales (@CJuridicaUCAB en Twitter e Instagram) comparten información de interés para la comunidad.

♦Texto: Grace Lafontant León/Fotos: Freepik.es (apertura) Manuel Sardá (retratos) y EFE (referenciales)