Como parte del programa «Profesores agentes de cambio», maestros de Caracas y tres estados del país participaron en un curso virtual dictado por profesionales de la Unidad de Psicología Padre Luis Azagra de la universidad

Un total de 45 docentes y personal directivo de 13 colegios del Distrito Capital, Aragua, Miranda y Zulia participaron, en mayo, en el taller «Regulación emocional e intervención de crisis emocionales en el aula». El proyrcto pertenece al programa «Profesores agentes de cambio» y fue llevado a cabo por la Unidad de Psicología Padre Luis Azagra s.j. (UPLA) y el Centro de Innovación Educativa (CIED), dependencias adscritas a la Dirección Extensión Social  de la UCAB.

El objetivo estaba claro: dotar a los educadores de herramientas que les permitan saber qué hacer en casos de crisis emocionales de sus alumnos y cómo reconocer e incluir en el aula a los niños y adolescentes que presentan algún tipo de trastorno psicológico.

La encargada de coordinar este proyecto fue Elsa Fernández, docente universitaria, psicóloga y coordinadora de Psicología Escolar de la UPLA.

«Con la pandemia se presentaron duelos, encierro en casa, poco contacto con otros niños y profesores, la complicación de la violencia intrafamiliar, lo monótono. Además, los padres asumieron un rol para el que no estaban preparados: dar clase, y si el niño tiene alguna dificultad de aprendizaje, empeora porque pierden la paciencia y les gritan o castigan. Son procesos que generan alteraciones emocionales que se expresan en el aula. Nosotros estamos al tanto de la situación que, por cierto, no afectó solo a los niños, sino a los maestros también» comentó la psicóloga sobre el porqué de esta iniciativa.

El taller se llevó a cabo de manera virtual -a través de grupos de Whatsapp- e incluyó a cuatro psicólogos y voluntarios de la UPLA, quienes sirvieron como facilitadores. Durante el primer día se definió qué es emoción, sentimiento, cómo explicar y expresar lo que se siente y qué deben hacer los docentes frente a una crisis propia mientras están trabajando. Luego de la parte teórica, se abrió el grupo para la discusión y aclaratoria de dudas.

«Se habló de estrategias y técnicas para controlarse a uno mismo en casos particulares. Hay que ser honestos frente a los niños para que, si hubiese alguna emoción, sepan que está bien expresarlas y puedan reconocerlas. Está bien vivir las emociones, decirle al otro lo que pasa. Eso hay que enseñarlo. Una vez que uno es honesto consigo mismo y con los demás, comienza la regulación», dijo Fernández.

 

El segundo y tercer día estuvieron dedicados a los alumnos y se ofrecieron estrategias y técnicas para atender, de manera primaria, crisis emocionales en ellos. Particularmente se enfatizó en los niños con autismo, pues a ellos les cuesta reconocer y nombrar emociones y, por no saber expresarlas, pueden tener conductas impulsivas como hacerse daño. También se trabajó el manejo de un salón tras una crisis particular.

«Los profesores tienen fallas en cuanto al manejo de las crisis emocionales de los niños, no tienen herramientas. Hay miedo por tener alumnos con algún diagnóstico psicológico en clase. Y eso afecta al niño: el rechazo y el castigo son negativos para ellos. La solución es adaptarse, saber cómo dar una clase para todos de una forma más eficaz. Tienen que calmarse, regular sus emociones y explicar con mayor calma. Si así lo hacen, la dinámica en el salón fluye», añadió Fernández.

Dos crisis adicionales: escasez docente y estigma de la salud mental

En Venezuela, comentó Fernández, se vive una situación alarmante con los educadores, debido a la crisis laboral a la que se enfrentan. Son pocos los docentes trabajando en instituciones educativas y, a la par, hay una importante deserción escolar. Además, en las aulas hay severos problemas de acoso y violencia.

«Los maestros están muy mal pagados y al no tener incentivos, obviamente no les provoca trabajar. Algunos sí van porque, de corazón, aman lo que hacen y les preocupan sus niños. Otros van solamente por seguir cobrando. Además, el CIED identificó otro problema: personas que no estudiaron docencia están tomando ese papel. No son siquiera técnicos. Han visto que bachilleres o mamás dando clases y eso es crítico. Por eso vemos imperativo la necesidad de formar docentes».

Por otra parte, la psicóloga mencionó que asistir a terapia todavía se ve con estigma en el país. Sin embargo, recordó que, como cualquier adulto, los niños y adolescentes también pueden padecer trastornos del ánimo y demás problemas de orden psicológico o neurológico. Recalcó, entonces, que tanto los padres como el personal directivo y docente debe conocer las características de niños con posibles dificultades o condiciones psicológicas, de manera tal que puedan referirlos a un profesional de la salud mental para ser evaluados y tratados.

Ahora que el periodo escolar terminó, los profesionales de la UPLA se encuentran estructurando los próximos talleres de «Regulación emocional e intervención de crisis emocionales en el aula», los cuales dictarán en septiembre. A la vez, no descartar llevar estos cursos a diferentes zonas de La Guaira y a sectores cercanos a la UCAB, de manera presencial. La idea, al final, es que cada docente formado se vuelva multiplicador de la información en el plantel donde labora.

«Queremos seguir haciendo talleres y llevando la información a más colegios. Estoy investigando cuáles son las nuevas necesidades de ellos para adaptar los cursos a sus necesidades», concluyó.

♦Texto: Grace Lafontant León/Fotos: Manuel Sardá (retrato) y archivo (generales)

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