Más personas en pobreza extrema, menor disponibilidad de agua y pérdidas de hasta 25% en cultivos son algunas de las consecuencias que dejará el cambio climático en el país. Así lo dio a conocer la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales durante un encuentro celebrado en la UCAB

El 7 de diciembre la UCAB fue anfitriona de la presentación del primer borrador del Segundo Reporte Académico de Cambio Climático en Venezuela (DRACC), por parte de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales (Acfiman). Durante el encuentro -llevado a cabo en el auditorio Nohemí Irausquín del centro cultural de la universidad- diferentes profesionales presentaron algunos avances del informe que comenzó a levantarse en el año 2021 y estará disponible para consulta pública a finales de 2024.

La actividad estuvo encabezada por el presidente de la Acfiman y doctor en física, Ismardo Bonalde; la doctora en Desarrollo Sostenible, bióloga y miembro correspondiente de la Acfiman, Alicia Villamizar; el rector (e) y vicerrector académico de la UCAB, José Francisco Juárez; y el director de Sustentabilidad Ambiental de la universidad, el ingeniero Joaquín Benítez.

Junto a ellos, presentaron sus exposiciones las investigadoras Estrella Villamizar  y Davna Rodríguez; los doctores Antonio Machado-Allison, presidente de la Secretaría Académica de Cambio Climático, e Isaías Lescher, profesor de la Universidad del Zulia; el ingeniero Jesús Gómez y el presidente de la Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat, Eduardo Buroz Castillo, quien cerró el evento con unas breves palabras.

Esfuerzo multidisciplinario para obtener información precisa

En la elaboración del Segundo Reporte Académico de Cambio Climático en Venezuela están trabajando más de 60 autores, con investigaciones centradas en Venezuela de cara al cambio climático y sus consecuencias en áreas como la salud, la economía, la agricultura y los ecosistemas. Específicamente fueron desarrollados los estudios de tres equipos de trabajo y dos grupos de tareas especiales.

En líneas generales, el reporte muestra un panorama poco favorable para la agricultura, la ganadería y la pesca; también advierte que se está registrando y se registrará una disminución del Producto Interno Bruto (PIB). Aunado a ello, el aumento de las temperaturas tendrá un efecto directo sobre los reservorios hídricos del país. Además, la crisis humanitaria se agravará, la migración aumentará y las infecciones por insectos vectores serán más comunes debido a la destrucción de ecosistemas.

Durante su intervención, Ismardo Bonalde explicó que este estudio es una actualización del reporte anterior (2014-2018) que incluye recolección de datos e información sobre el cambio climático en el país, análisis científicos, estudios teóricos y simulaciones de modelos de cambio climático. Además, se analizaron los impactos y vulnerabilidades sobre ecosistemas relevantes en el país.

«El cambio climático es un tema de Estado, esencialmente. En el año 2014 decidimos tomar acciones, actividades relacionadas al cambio climático. Particularmente porque el Estado venezolano no se ha abocado a esas actividades de manera particular como debería ser», dijo.

Sin embargo, aseveró que recientemente han sucedido algunos cambios: «Algo importante que ha ocurrido es que el Ejecutivo nacional pareciera que finalmente va a tomar cartas en el asunto. Desde la Academia le damos una bienvenida a esa acción gubernamental porque es su responsabilidad. La Academia es un ente asesor del Ejecutivo y Legislativo, pero las decisiones y lo que debe hacerse está en manos del gobierno», puntualizó Bonalde.

 

11 datos preocupantes: Impacto presente y futuro

De acuerdo con la información presentada, el país se encuentra en situación de vulnerabilidad frente al cambio climático. Entre otros aspectos, el reporte de la Acfiman destaca los siguientes: 

  1. Actualmente Venezuela ocupa el puesto 118 -de 166- en el Reporte Global de Desarrollo Sostenible 2020. El puntaje fue de 61.7 puntos, casi 10 por debajo  del puntaje regional que se ubica en 70.4 puntos.
  2. Venezuela permanece sin un marco nacional de políticas y estrategias frente al cambio climático. También continúa presentando una debilidad normativa en el tema, que refleja el incumplimiento por parte del Estado de acuerdos internacionales.
  3. Entre 2010 y 2020, el aumento de las temperaturas ha contribuido con la reducción del Producto Interno Bruto (PIB) per cápita entre 0,97 y 1,30%.
  4. Hacia 2030, el PIB per cápita de Venezuela será 10% menor al que hubiera tenido sin cambio climático. Para 2050, el PIB estará 36,6% por debajo. 
  5. No existe una política estatal para la reducción de los gases de efecto invernadero. Para 2019, 34% de los GEI fueron «emisiones furtivas», es decir, producto de fugas, quema y venteo durante la producción de petróleo y gas; 16% de las emisiones provino de la generación eléctrica; 15% del uso del suelo/bosques; 13% de la agricultura y 10% del transporte.   El restante 12% fue generado por procesos industriales, manufactura y construcción, manejo de desechos y sector residencial.
  6. Para 2030, 200.000 personas pueden caer bajo la línea de pobreza extrema en el país debido al cambio climático.
  7. Se espera un aumento en la temperatura de 3 grados y un incremento en 10% en las precipitaciones.
  8. Según diferentes modelos, el agua será un recurso afectado en muchas regiones del país. Como consecuencia, se verá impactada negativamente la actividad agrícola, generando pérdidas de hasta un 25% en cultivos y producción de alimentos.
  9. En un escenario de calor seco, la cantidad de ganado vacuno en Venezuela dismiuirá en 3,2%. 
  10. Las infecciones mediadas por insectos vectores han aumentado y aumentarán su incidencia periodicidad y rango de ocurrencia hacia zonas de tierras altas y rurales.
  11. Se recomienda atender la afectación sobre disponibilidad y calidad  de los recursos hídricos en el país, atendiendo siete áreas de conservación: Maracaibo, Caribe; Orinoco sur, Amazonas; Andes, serranía del interior; Río Negro; Delta del Orinoco; Esequibo,  y Orinoco Norte, Llanos

«Un país pequeño y sin gran desarrollo industrial», pero contaminante

El presidente de la Acfiman subrayó que, actualmente, Venezuela no aporta la misma cantidad de gases contaminantes a la atmósfera que otros países con una industria más desarrollada. Sin embargo, enfatizó en que esto no constituye motivo para desentenderse del asunto: «Debemos saber en qué y cómo comprometernos sin dañar nuestra economía, que ya está en un estado de deterioro indescriptible». 

«No parece viable que el país pueda comprometerse al mismo nivel que las grandes naciones. Tenemos que revisar esas posturas acerca de nuestro compromiso con el cambio climático. Sí podemos contribuir con la disminución de los gases de efecto invernadero. Sí podemos contribuir con el mantenimiento de nuestra biodiversidad a pesar de ser un país pequeño. Debemos insistir al Ejecutivo nacional que debe involucrar a los expertos nacionales en este tema. Que tenemos en Venezuela a las personas con capacidad para hacerlo y que es importante que se haga», sentenció Bonalde.

De hecho, según señala el borrador del informe de la Acfiman en los últimos años se ha venido registrando una reducción de la emisión de gases de efecto invernadero, pero no por una política orientada a lograrlo, sino por la crisis económica, la disminución de generación eléctrica, la reducción de la producción de petróleo y su refinación; y la caída de la producción de acero, aluminio y cemento.

En su intervención, la profesora Alicia Villamizar explicó que la situación actual muestra un país donde se sienten con mayor intensidad los impactos del cambio climático, pues la problemática ambiental se ha acentuado. «Es decir, estamos más vulnerables, menos resilientes y más expuestos a los impactos del cambio climático. La otra situación es la crisis compleja humanitaria que conforma un marco de precariedad en todos los ámbitos del país, unos que se verán afectados por el cambio climático».

Sin embargo, la doctora en Desarrollo Sostenible destacó que el aspecto positivo está en la gran cantidad de información científica que se ha producido gracias a este reporte. Aunque reconoció que podría ser más, aseguró que es «mucho más robusta, mucho más acuciosa en términos de discernir entre los eventos naturales y la variabilidad climática y los efectos del cambio climático», aseveró, luego de lo cual agregó: «A pesar de la diáspora en término de científicos e investigadores nacionales, tenemos un numero bastante bueno. Alrededor de 60 autores están contribuyendo con el reporte».

Informarse, una tarea pendiente para salvar al planeta

Más allá de los consejos como apagar las luces, cerrar los grifos, ahorrar agua, usar menos el carro, en lo posible reciclar y ser más atentos a los hábitos contaminantes, la doctora Villamizar invitó a toda la sociedad venezolana a saber más sobre el cambio climático. De hecho, afirmó que este es un concepto con el que no todos están necesariamente familiarizados. Y si bien lo que se presentará en el reporte puede ser complejo por su lenguaje científico, «es una información que debe llegarnos a todos», añadió. Convocó a aquellos que pueden traducir el contenido a uno más sencillo a que se involucren.

 

«No estar bien informados ha disminuido mucho el éxito en el reclamo de parte del ciudadano a los gobiernos que son los que tienen que dar la respuesta porque ellos tienen el músculo institucional, cobertura a nivel nacional, pueden hacer inversiones importantes en las áreas donde hay que trabajar más contra el cambio climático como lo es salud, infraestructura, recursos hídricos, agricultura. Estos son temas en los que se requiere una mayor inversión para protegernos más de los impactos del cambio climático (todos necesitan de atención), pero para mí, la clave es estar más y mejor informados», agregó Villamizar.

La UCAB, más que anfitriona, partícipe

El rector (e) de la universidad, José Francisco Juárez, recalcó la importancia de realizar el evento en los espacios de la UCAB, una institución que, recordó, trabaja desde hace años en iniciativas que buscan generar cambios sociales para reducir el daño ambiental en zonas específicas. Desde la UCAB este aspecto lo trabaja Sustentabilidad Ambiental (DSA).

«Para nosotros es muy importante este espacio, poder escucharlos, mirar entre ambas instituciones las posibilidades que tenemos para seguir trabando y buscar alternativas que nos permitan fomentar una mejor cultura en relación al cuidado de nuestro ambiente. La activad que están realizando, el trabajo que están presentando es muy importante en el sentido de que nos está permitiendo ver el camino que debemos transitar para responder a estas exigencias actuales sobre el cambio climático», dijo.

El director de Sustentabilidad Ambiental, Joaquín Benítez, coincidió con Juárez en que encuentros como el celebrado por la Acfiman permiten mostrar el valor de la investigación científica y su estrecha correlación con el manejo de los asuntos fundamentales del país.

«Nos ayuda a entender cómo, cuándo, dónde, cuánto nos afecta o cuán preparados estamos para enfrentar y adaptarnos al cambio climático; nos ayuda a entender en cuánto y cómo estamos contribuyendo a mitigarlo», sostuvo Benítez.

El ingeniero insistió en que la universidad espera seguir involucrándose en la difusión de los resultados de este y otros informes.

«Pensamos que es importante ser anfitrión porque nos conecta de manera muy directa con el tema del cambio climático, el cual consideramos es importantísimo; además, es uno de los temas que la UCAB aspira -a través del proyecto Vénesis- a que se discuta más amplia y profundamente en el país. La UCAB piensa que el cambio climático es uno de los temas que debe ser discutido, analizado en el país con profundidad y estar vinculados a la divulgación del DRACC es coherente con esa aspiración que tiene la universidad de poner en tema en discusión pública. Además, es coherente con las acciones internas de la universidad, por ejemplo, para alcanzar la neutralidad o emisión cero de carbono», añadió.

Desde la UCAB se impulsan acciones para mitigar, aunque sea a nivel local, los impactos del cambio climático. Por ello, la universidad cuenta con un Techo Verde (ubicado en el edificio de Postgrado); la cátedra Ecología, ambiente y sustentabilidad; programas de extensión para la formación de líderes comunitarios, programas de voluntariado; un área verde protegida,  una estación meteorológica y este año, siguiendo el ‘Laudato Si’, la UCAB se inscribió en el programa “Race to Zero” de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para minimizar su huella de emisión de carbono.

♦Texto: Grace Lafontant León/Fotos: Manuel Sardá