La Facultad de Derecho de la UCAB organizó un foro en el que se analizó la experiencia de la Ley Fundamental de la República Federal de Alemania, que cumplió 75 años sin modificaciones sustanciales y ha logrado responder a las exigencias de los cambios sociales de la modernidad. También se habló de los aportes que Venezuela puede tomar para alcanzar un sistema equilibrado y con garantías estables
Este 2024, la República Federal de Alemania celebra los 75 años de vigencia de su Ley Fundamental, la Constitución aprobada en mayo de 1949 tras la derrota de ese país en la II Guerra Mundial.
En este marco, la Facultad de Derecho de la UCAB realizó, el viernes 7 de junio, un segundo foro en el que se analizaron las lecciones que este instrumento, sancionado como un texto provisional, ha dado al mundo sobre cómo las interpretaciones del Tribunal Constitucional pueden responder a los cambios sociales, entre ellos, la reunificación del país ocurrida 40 años más tarde.
En la actividad, organizada con la Embajada de Alemania, se insistió en que se trata de un proceso digno de estudio que partió, entre otros aspectos, de reconocer que todos los alemanes hacían falta; que incorpora en el propio preámbulo del documento la responsabilidad de los alemanes, «ante Dios y ante la historia», por el Holocausto, y que se trataba de un nuevo comienzo a partir de la responsabilidad moral.
El evento reunió en la sede del Centro Internacional de Actualización Profesional (CIAP) de la UCAB, en La Castellana, al decano de la Facultad de Derecho, Jesús María Casal; el jefe de la misión de la Embajada de Alemania en Caracas, Stefan Duppel, y el director de la Escuela de Estudios Políticos de la UCV, Eduardo Valero.
La moderación estuvo a cargo de Andrea Mesa, abogada egresada de la Universidad de Carabobo y coordinadora de proyectos en la Fundación Konrad-Adenauer. Estuvo también presente Katharina Wegner, representante en Venezuela de la Fundación Friedrich Ebert.
Equilibrio entre cambio y estabilidad
Stefan Duppel afirmó que el modelo constitucional alemán «ha sido un éxito de exportación» que nació «casi de una revolución copernicana» basada, principalmente, en su propia vivencia histórica. Destacó que también son dignos de celebración «los 75 años de experiencia acumulada por los jueces que han mantenido el equilibrio entre cambio y estabilidad».
Mencionó adaptaciones que no han significado una modificación radical de la Constitución, como es el caso de lo que en 1949 se entendía como «matrimonio» y «familia», muy diferente a la ampliación del concepto en la modernidad.
«Ahora hablamos de matrimonio entre personas del mismo sexo y de los hijos nacidos fuera del matrimonio. Eso nos parece normal», acotó.
«Conciliar el cambio es un reto diario para la política, pero también para los tribunales constitucionales. El Tribunal Constitucional alemán ha dejado claro que la Ley Fundamental no es una roca inmutable», reafirmó el diplomático.
A su juicio, parte del éxito se debe a «la gran sensibilidad por parte de los jueces” que no han olvidado “la historia del texto, pero tampoco olvidan los cambios sociales», recalcó Duppel.
Una Constitución nacida de los errores
Tal como lo hizo en el primer foro (celebrado en la sede de la universidad, en Montalbán, una semana antes), el decano Jesús María Casal resaltó que lo que nació como una ley provisoria «terminó siendo un modelo para el constitucionalismo comparado«.
Recordó el contexto histórico en el que se gestó la Ley Fundamental, desde tener presentes «los errores de Weimar» —en referencia a la Constitución de 1919—, las presiones de los aliados occidentales vencedores en la guerra y la integración de los representantes regionales al consejo parlamentario. «Nace más bien de una resistencia del pueblo que estaba siendo interpelado por las potencias de ocupación», acotó el abogado.
Casal destacó que ese instrumento modelo no tuvo nada que ver con «los procesos constituyentes triunfalistas que, si acaso, invocan sólo a Dios como su superior».
«Pese a un punto de partida algo desfavorable, se logró levantar esa gran Constitución porque supo marcar una línea de separación muy clara con el nacionalsocialismo», dijo, idea reforzada por su compromiso con la dignidad humana a nivel mundial, en concordancia con la Declaración Universal de los Derechos Humanos (aprobada por la ONU en 1948)
Sobre ese compromiso de la República Federal de Alemania con los derechos humanos, el diplomático reforzó la idea de Casal al citar parte del artículo 1: «La dignidad humana es intangible. Respetarla y protegerla es obligación de todo poder público. El pueblo alemán, por ello, reconoce los derechos humanos inviolables e inalienables como fundamento de toda comunidad humana, de la paz y de la justicia en el mundo».
«También el embajador alemán en Caracas tiene este deber con cada venezolano», dijo de sí mismo Stefan Duppel.
El politólogo Eduardo Valero aportó la reflexión sobre el aprendizaje que los redactores de la Ley Fundamental incorporaron de lo vivido y sobre la oclocracia de la que habló el filósofo Aristóteles:
«La democracia puede caer en el populismo, sus bases pueden ser debilitadas en favor de la dictadura de la mayoría. En Alemania se entendió eso y buscaron un equilibrio para que las mayorías no le pasen por encima a la democracia», dijo el profesor de la Universidad Central de Venezuela.
Aportes para Venezuela: pluralismo y balance
Sobre lo que Venezuela puede tomar y adaptar de la experiencia constitucional de Alemania, Casal mencionó el aporte de la figura del Tribunal Constitucional Federal. «Es una gran institución que ha permitido adaptar la Constitución, puede servir para Venezuela».
Recordó las atribuciones y autonomías que tiene y que lo convierten en una quinta autoridad en la conformación del Estado alemán. El experto en derecho constitucional dijo que también Venezuela podría tomar de Alemania algunas ideas sobre los derechos fundamentales, como el principio de proporcionalidad, que limita los poderes del Estado.
El decano Casal consideró interesante, como modelo para el país, el régimen constitucional, a través del bicameralismo ,que permite pesos y contrapesos entre la Cámara Baja (Bundestag) y el Consejo Federal (Bundesrat), lo que ha hecho del sistema alemán uno muy balanceado que favorece las coaliciones.
«Eso genera mucho pluralismo y eso lleva a la necesidad de negociaciones y balances», destacó.
♦Texto: Elvia Gómez/Fotos: Prof. Luis Pompilio Sánchez