No hay fecha aún para el reinicio de actividades académicas en Venezuela. Sin embargo, el vicerrector administrativo de la UCAB, Gustavo García, recomendó a quienes tienen la responsabilidad de gestionar instituciones educativas -sean de preescolar, media o universitaria- que designen a un comité para el manejo de la crisis, integrado por representantes de las áreas claves, para que prepare desde ya el regreso a las clases, de modo que cuando se produzca el levantamiento de la cuarentena por el COVID-19 los aspectos operativos estén adelantados o resueltos.

«Se trata de una situación excepcional que convoca al liderazgo de las instituciones educativas en conjunto con las familias. Tenemos que reinventarnos, esto no es un cliché, es una realidad. Todos los países del mundo tenemos retos compartidos, varían las intensidades, pero es el momento de la reinvención a fondo».

García, quien es doctor en Ciencias Sociales, magíster en Gerencia de Proyectos, así como en Sistemas de Calidad, condujo este martes, 31 de marzo, una webinar a través de la cuenta de Instagram @Ciap_UCAB, bajo el título «Gestionando la crisis. Preparándonos para la vuelta a clases».

Durante media hora habló de la experiencia de la UCAB en el desarrollo de plataformas educativas asíncronas, y de cómo la emergencia impuesta a nivel mundial por el COVID-19 obliga a todos a extremar la creatividad y potenciar el uso de las herramientas electrónicas con propósitos educativos y administrativos.

«Queremos compartir algunas ideas fundamentales sobre lo que implica gestionar la crisis y compartir algunas buenas prácticas que estamos implementando en la UCAB y que aplican a cualquier institución educativa. El objetivo es que los diferentes gestores y la propia comunidad de padres y representantes pueda reconocer la complejidad de una agenda de trabajo en la que es importante pensar, independientemente del nivel de educación que se maneje. Lo primero es reconocer los escenarios posibles».

Entre los temas operativos fundamentales para garantizar un regreso seguro a clases, el vicerrector administrativo  mencionó que se debe preparar una limpieza profunda de las instalaciones, lo que obliga a «establecer desde ya planes con los proveedores para estructurar las compras de los productos necesarios, así como diseñar una intervención de los protocolos de limpieza y garantizar la dotación de los baños que usarán las comunidades educativas, para poder cumplir con el requerimiento del frecuente lavado de manos con agua y jabón».

En cuanto a la dotación al personal que tiene tareas de atención al público, señaló que la UCAB ya está trabajando para entregar las mascarillas y guantes que se exigen en las reglamentaciones oficiales. No obstante, pidió estar atentos a las recomendaciones que sobre esta materia ha venido haciendo la Organización Mundial de la Salud.

Lo presencial y lo virtual, preservando la calidad educativa

Durante la conferencia, García advirtió que el fin del estado de alarma que rige en Venezuela desde mediados de marzo no significará que se volverá a la normalidad. Apuntó que en el país se imponen restricciones adicionales a las que operan en el resto del mundo, de modo que cuando la cuarentena sea levantada, en el país prevalecerán problemas vinculados a dificultades para la movilidad y el transporte por falta de combustible.

Ante esta situación, señaló la necesidad de prepararse para posibles nuevas interrupciones de las clases presenciales, lo que impondrá el uso mayor de los mecanismos de clases a distancia.

«No podemos esperar a prepararnos para las clases no presenciales cuando el gobierno decida que podemos volver, hay mucho que hacer desde ahora y por eso les invitamos a que creen sus equipos para el manejo de la crisis».

Esta nueva circunstancia, señaló el vicerrector administrativo, crea una tensión entre la preservación de la calidad de los procesos educativos y el uso de los métodos a distancia para cátedras que están diseñadas en un formato presencial; sin embargo, apuntó que la alternativa sería no tener actividades y eso traería consecuencias de evolución en la formación que no son las deseadas.

«Ese comité debe tener como parte de su agenda la creación de un plan integral que signifique prepararse para el formato virtual de manera sostenida, por mucho tiempo, incluso más allá del llamado a la vuelta a clases. Hay que revisar los criterios de diseño y pensar en opciones del pensum o la malla curricular para materias prácticas, pasantías o prestación de servicios comunitarios. Significa pensar en las limitaciones y posibilidades de las plataformas tecnológicas. Evaluar si queremos profundizar en encuentros síncronos, la evaluación en línea para formatos que fueron diseñados para evaluaciones presenciales. Todo pensando siempre en las opciones de preservación de la calidad, que es el primer reto».

Reconoció el problema adicional que se presenta en Venezuela con los problemas de conectividad a la Internet, pero insistió en que habrá que «echar mano profundamente del uso de la tecnología en el aula».

«Habrá que mezclar opciones síncronas y asíncronas, el envío de información; pero si nos centramos en la restricciones tendríamos que culminar en que no hay nada qué hacer y paralizarnos, y el manejo de crisis se trata de considerar dónde están las opciones factibles».

Con respecto a la reprogramación de las clases que se han perdido, estimó que la vuelta plena a las clases presenciales se producirá a finales de mayo, lo que obliga a negociar con los empleados la alteración de los calendarios para recuperar el tiempo perdido.

Prevención y control sanitario: protegiendo a la comunidad

También en el ámbito laboral, el vicerrector administrativo señaló que una de las medidas contempladas para proteger a los empleados y colaboradores de la universidad es el diseño de mecanismos de teletrabajo, sobre todo para los grupos más vulnerables ante el COVID-19.

«Esta, definitivamente, será una opción necesaria no sólo para los docentes, sino para personal administrativo, nómina, compras, etc. Estamos planteando la posibilidad de la vuelta al trabajo dejando en casa a las personas mayores de 65 años con la opción del teletrabajo, aunque es a ese grupo al que más le cuesta el uso de la tecnología».

Gustavo García afirmó que será necesario contar con protocolos médicos mínimos para atender los casos de personas contagiadas con el COVID-19 que puedan presentarse, y en el caso concreto de la UCAB, diseñar el aprovechamiento de los servicios médicos existentes.

Paralelamente, recomendó diseñar desde ya un sistema de monitoreo para la detección de posibles afectados por el COVID-19 y el monitoreo de los posibles contactos, de modo que opere como un sistema de reporte y así poder tomar decisiones sobre los grupos que interactúan en las aulas.

El desafío financiero

La autoridad ucabista no dejó de lado en su conferencia el tema económico. Ante las circunstancias financieras que se imponen en adelante, donde las opciones para el crédito se verán afectadas y se prevén escenarios de mayor morosidad,  reconoció que habrá que diseñar esquemas más flexibles de pago, teniendo muy presente que en una comunidad educativa son varios los factores involucrados e interdependientes, como los estudiantes, docentes, empleados y sus familias.

«Estamos en un proceso de reflexión en cascada que termina en determinar cuáles aprendizajes, institucionales y personales, extraemos de este momento. Debemos reconocer el avance de nuestras instituciones educativas hacia la modernización, independientemente de sus limitaciones. Reconocer la importancia del liderazgo, reconocer la importancia de la vinculación estrecha entre lo académico y lo administrativo. Lo más importante, incluso en momentos de guerra, es que siempre hay alguien que quiere aprender y alguien que quiere compartir algo, como hemos visto con el uso masivo de las plataformas para encontrarnos y compartir ideas», finalizó García.

♦Texto: Elvia Gómez/Foto: Manuel Sardá