A lo largo de cuatro décadas, el licenciado en Letras oriundo de Salamanca, España, ejerció como director de las escuelas de Comunicación Social y Letras, de Publicaciones y de la Biblioteca, además de haber sido docente e investigador y hasta secretario del Consejo Fundacional. Desde el retiro, repasa cómo la universidad se ha modernizado sin perder su esencia

La primera vez que el profesor Emilio Píriz Pérez puso un pie en la UCAB fue a finales de 1970, cuando recién llegaba de su natal España. Se dirigió directamente a la Escuela de Letras para entregar su currículo, pero fue contratado para dar clases en Comunicación Social. En aquel entonces tenía cerca de 130 alumnos divididos en tres secciones. A propósito de que la UCAB cumplirá 70 años fundacionales, el docente universitario revisó su trayectoria en la institución confiada a la Compañía de Jesús.

Píriz Pérez recordó que aún no tenía 30 años cuando dio clases en la Universidad de Salamanca, España, luego de lo cual llegó a Venezuela. Aquel cambio, dijo, fue muy duro:  «Me gustó mucho, pero mi trauma más grande fue cuando di la primera clase. En Salamanca el bedel de la facultad abría la puerta, tenía ya el proyector puesto, bajaba la pantalla; y cuando terminaba, él subía la pantalla, limpiaba la pizarra, cerraba la puerta. Yo no tenía que encargarme de nada. Nunca firmé una clase para dar porque se entiende que no se falta a clase. Pero aquí tenía que firmar. Limpiar la pizarra fue un poco traumático. Sin embargo, fue una experiencia muy bonita».

El también licenciado en Artes y en Educación se jubiló en el año 2022 de la UCAB, tras más de 45 años trabajando por y para la universidad. El profesor fue director de la Escuela de Comunicación Social, desde 1989 hasta 1993, y de la de Letras, desde 1987 hasta 1988. Dirigió la Biblioteca desde el año 1993 hasta el 2013 y Publicaciones UCAB entre 1995 y 2016. Asimismo, fue investigador del Centro de Investigación y Formación Humanística (CIFH) y, finalmente, secretario del Consejo Fundacional de la universidad, cargo que ocupó desde 2006 hasta el 2022 cuando se retiró.

Mientras trabajó en la universidad vivió la transformación física y académica de la UCAB a través de las diferentes gestiones de los rectores Guido Arnal (1972-1990), Luis Ugalde s.j. (1990-2010) y Francisco José Virtuoso s.j. (2010-2022). Su experiencia y legado proponen una visión global de la UCAB hoy día.

 

Profesor, ¿cómo mira la UCAB hoy día?

«Veo a la UCAB muy bien posicionada, con un desarrollo tecnológico excelente. Un campus envidiable, unas políticas muy claras sobre el futuro tomando decisiones inmediatas: primero diversificando mucho lo que es la parte educativa como la parte docente, cursos de verano, carreras nuevas, academias, títulos intermedios. Veo un equipo muy gerente, por decirlo de alguna forma. La desaparición del padre Virtuoso ha sido un golpe inesperado. Yo estaba en España y había hablado con él por internet 15 días antes. El que venga supongo que va a hacerlo bien, de todo hay que aprender al principio y siempre hay un pequeño roce, un ajuste, pero la Compañía de Jesús es muy sabia y tiene una cultura interna muy profunda de discernimiento, ellos consultan antes de tomar decisiones. Y el rector que venga tendrá un apoyo muy grande con el padre Ugalde, el provincial, y la comisión de educación. Yo confío mucho en los jesuitas porque van a construir sobre lo que ya tienen, no van a destruir». 

La UCAB tiene por lema «Construimos futuro», ¿está de acuerdo con esa afirmación?

«La UCAB construye futuro más que nunca. Yo diría que lamentablemente para la UCV y la Simón Bolívar -que se han venido abajo por politización y falta de recursos- la única universidad en el país que tiene visión de futuro y lo puede ofrecer con una calidad buena es, claramente, la Católica. Además, tiene una ventaja sobre todas las demás: tiene contacto con universidades del exterior. El futuro es brillante. Es muy estable y debe continuar con cierto orden, no proponer proyectos faraónicos».

 

La transformación del campus Montalbán

La UCAB que hoy día se alza al oeste de la ciudad no siempre fue así. Desde sus inicios en el centro de Caracas, la casa de estudios ha vivido cambios importantes. Pero no solo en la capital. Píriz Pérez, además de referirse a la sede principal, señaló que la universidad consiguió expandirse a otras ciudades como Los Teques, en el estado Miranda; Coro, estado Falcón, y Ciudad Guayana, en Bolívar.  

«Hay que enfocar el cambio en dos aspectos. El primero es el académico y el del campus. Bueno, la primera vez que yo vine era un campus pequeñito, había un edificio de tres pisos con ladrillos que era rectorado, OCACE, Secretaría… Ahora el edificio que hay es hermoso. Había cuatro módulos, no había una capilla importante sino el oratorio del piso 3 de aulas. En el Hermano Lanz se hacían las graduaciones porque no había Aula Magna. Primero se hizo el Rectorado y el Aula magna. Luego, vino la posibilidad de hacer la Biblioteca. Los centros de investigación estaban todos dispersos por toda la universidad», subrayó.

Años más tarde, y frente a una demanda por mejorar la infraestructura, el padre Ugalde le encomendó a Píriz Pérez la tarea de vislumbrar una nueva biblioteca. Esta, recordó, tenía que ser algo más que un repositorio de libros, debía tener espacios para la cultura y la suficiente amplitud para que nuevas áreas surgieran a medida en que la tecnología o las propias necesidades de la universidad lo pidieran. «Es una biblioteca que está prevista para estar actualizada siempre», añadió.

Otro agregado que recuerda y celebra fue la creación del Parque Social Padre Manuel Aguirre s.j. por parte del rector Ugalde. «Es un proyecto único en Latinoamérica que beneficia a las comunidades cercanas, pero también a los estudiantes y empleados de la universidad», puntualizó sobre este centro dedicado a la atención física, mental, educativa y legal ubicado frente al campus en Montalbán.

La vida académica

Así como el campus se expandió y se actualizó, las Escuelas también vivieron procesos de cambio significativos. La llegada de Píriz Pérez a la UCAB, de la mano del rector Ugalde s.j., favoreció la vida académica de los estudiantes, incluso cuando el ambiente no era óptimo debido a huelgas.

El licenciado en Letras recordó que cuando empezó a trabajar en la universidad, el rector era el ingeniero Guido Arnal. «Siempre andaba con mucho miedo de tomar decisiones, siempre consultada. Y a Ugalde, después de ser provincial, lo nombran vicerrector académico y ese hombre durante 4 años, que estuvo un poco en la sombra, por decirlo de alguna forma, quería hacer muchas cosas. Y el rector quería estar enterado de todo, pero Ugalde sí se enteraba», sostuvo.

 

Una vez que Ugalde asumió el cargo de rector, en 1990, lo primero que hizo fue instalar una red de computación en la UCAB. Señaló Píriz Pérez que la única sala con estos equipos era la de Artes Gráficas, que pertenecía a Comunicación Social, y que fueron donados por PDVSA. «Era un atraso terrible. Ugalde quiso poner la primera red de computación y la montó. Trajo a un ingeniero en sistemas de la IBM de Italia y la gente le dijo de todo. Ese fue el gran cambio. Lo hizo para cargar las notas de los estudiantes, que se hacían a mano, con equipos. A partir de allí fue un salto gigantesco», sentenció.

Inmediatamente después, siguió la modernización de los planes de estudio de todas las carreras, un aspecto necesario para la preparación de los estudiantes frente a la acelerada globalización y la constante actualización del conocimiento. Con la óptima formación de los alumnos como bandera, recuerda Píriz Pérez que Ugalde invitó a una decena de profesores con amplia trayectoria y conocimiento para complementar lo que se daba en las aulas.

Otro punto relevante mencionado por el profesor fue la integración de la UCAB a la Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina (AUSJAL). «Fue la primera comunicación con el exterior, algo que no teníamos, pero que era muy importante para La Católica»propuso el exdirector de Comunicación Social sobre la red que contiene a más de 30 universidades de 14 países latinoamericanos.

Publicación e investigación

En la década de 1990 la investigación académica empezó a tomar un carácter más formal y sólido. Píriz Pérez creó la revista Temas de Comunicación, para lo cual dictó un curso con los demás directores de Escuelas con el fin de garantizar que lo publicado tuviese calidad académica, sobre todo en cuanto al uso de las normas APA. «Actualmente es José Luis Da Silva quien lleva todo eso, orienta, perfecciona y continúa con esa labor de darle calidad científica a todos los artículos que produce La Católica», añadió el docente universitario.

 

Antes de la llegada de Píriz Pérez a la Dirección de Publicaciones, la unidad publicaba de cuatro a cinco libros cada año, pero gracias al salmantino la producción aumentó de forma drástica. «Cuando llego lo que le pido es al padre Ugalde  es ‘mire, padre, présteme aunque sea 5 millones para tener presupuesto propio y con eso voy arrancando y después veremos’. Hice una cosa, irme a visitar las grandes librerías de Caracas y cuando me presentaba decían ‘ay, La Católica, pura religión’ o ‘puros libros de Derecho’ o ‘son para curas’. Se me vino el alma al suelo, pero me abrió mucho la vista. El primer año publiqué 33 libros, todos pagados con el fondo de Publicaciones».

La agencia de publicidad Ars y Radio Caracas Radio se vincularon con la editorial y financiaron libros y revistas. «Ya la gente venía a mí. Un año publicamos 104 libros y éramos la primera editorial del país. Durante 7 años hice una feria del libro, pero aquel espacio en planta baja del Centro Loyola no se daba abasto para los 107 expositores. Claro, después la situación económica  del país fue desmejorando y se compraban menos libros y, al final, los libreros decían que vendían poco y no alcanzaba para pagar el stand. Y lo suspendí. Lo hicimos desde 1994 hasta el 2001, la Feria Ucabista del Libro, con carteles muy bonitos. Eso le dio un gran prestigio a las publicaciones».

Píriz Pérez contó una anécdota de Publicaciones: «Con la huelga petrolera del 2002, hubo dos meses sin clase y entonces Ugalde tomó la buena idea para los alumnos de no tener que pagar esos dos meses porque no tenían clases, pero había que pagarles a los profesores. Ugalde vino a mí y me dijo que para pagar eso necesitaban mis fondos. Lo único que le pedí es que me dejaran un poquito para seguir publicando. Durante 2 meses, Publicaciones pagó la nómina de profesores y trabajadores de la UCAB». 

Más de 40 años apostando por la UCAB

Tras un recorrido por sus diferentes roles en la universidad, Emilio Píriz Pérez afirmó que en todos ellos se sintió a gusto y satisfecho. Como director de la Escuela de Comunicación Social, y con una huelga en puertas, tomó el lado de los alumnos y los escuchó: «¿Qué pedían?, que la Escuela estuviera abierta a ellos, lo cual era muy lógico; segundo, que creáramos algo de investigación y, tercero, que había que reformar el pensum y buscar especialistas».

Así, creó el Centro de Investigación de la Comunicación (CIC) y la revista Tema de comunicación; adquirió equipos como luces para el estudio de televisión, que obtuvo de Venevisión; una consola de radio traída de Estados Unidos y un estudio insonorizado. Además, consiguió que El Nacional y Ars permitieran a los ucabistas realizar pasantías con ellos. «Fue una época muy bonita», dijo.

Como director de Publicaciones, confesó sentirse orgulloso de dos textos: la obra completa de Antonia Palacios, en dos volúmenes, y la obra selecta de Mariano Picón Salas en un volumen. «Son obras fuera de serie. Hasta ahí llegamos, metimos un poco de fuera, que era importante para la cultura del país, y de los ucabistas. Hay otras más, pero estas son las que otras librerías y autores querían publicar». Y como director de la Biblioteca, entre otros, añadió el portal AgoraBit para ser utilizado por los ucabistas al momento de investigar.

Sin lugar a duda, el legado del profesor Píriz Pérez resuena todavía por la universidad. Su incansable labor, siempre con la excelencia como baluarte y amor por la educación y la innovación, lo llevaron a consagrarse como una referencia obligatoria para la UCAB.

 

Si le pido tres palabras que definan a la universidad, ¿cuáles serían?

«Excelencia, investigación y confiabilidad» 

¿Qué le diría a todos los que hacen vida en la UCAB?

«Si el estudiante pone de su parte, su futuro está asegurado. Y que hay que confiar mucho y ayudar todo lo posible para que esto siga marchando y no se hundan. La Católica tiene una proyección importante hacia el futuro».

♦Texto: Grace Lafontant León. Fotos: Manuel Sardá y Christian Lazo